Álvaro Uribe Vélez (Medellín, 4 de julio de 1952) es un abogado, empresario[2] y político colombiano, considerado por la prensa internacional y local como el político más influyente de lo que lleva transcurrido el siglo XXI en Colombia.[3][4] Fue presidente de Colombia en los períodos 2002-2006 y 2006-2010.[5]
Uribe es abogado de la Universidad de Antioquia y cursó estudios en administración, gerencia y negociación de conflictos en la Escuela de Extensión de la Universidad de Harvard;[6] y es miembro sénior asociado del St Antony's College de la Universidad de Oxford.[7]
Desempeñó diferentes cargos en las Empresas Públicas de Medellín, el Ministerio de Trabajo y la Aeronáutica Civil. Fue alcalde de Medellín (1982), senador de la República (1986-1994) y gobernador de Antioquia (1995-1997), siendo elegido presidente de la República de Colombia en 2002 y reelegido en 2006.[5]
De tendencia liberal, pero disidente de este partido, Uribe se presentó a las elecciones presidenciales de 2002, apoyado por el movimiento Primero Colombia, logrando imponerse a sus contendores con el 54 % de los votos a su favor. Su mandato se caracterizó por la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico bajo la política de seguridad democrática, un programa de gobierno que fue financiado en parte por el Plan Colombia y que recibió críticas por sectores de la oposición, disidentes y defensores de derechos humanos.[8][9] Promovió su reelección y fue reelecto en 2006 tras haber logrado la aprobación de la reforma constitucional de 2005, la cual dio vía libre a la reelección.[5]
Durante su presidencia el secuestro se redujo de 2282 a 213 casos por año y los homicidios disminuyeron de 29 000 a 16 000. La inflación era de 7 % en 2002, pasando a 2 % al final de su mandato. La tasa de desempleo pasó de casi 16 % a 11 % y la inversión extranjera pasó de US$2 mil millones anuales a US$7 mil millones en el mismo periodo. El Producto interno bruto creció un promedio de 4.47 % al año y Colombia fue uno de solo 3 países que tuvieron crecimiento económico positivo durante la crisis mundial de 2008.[10][11] Al mismo tiempo, el gobierno de Uribe adelantó acercamientos de paz con distintas facciones del conflicto armado en Colombia como el ELN, las FARC-EP y las AUC, tras los procesos anteriores a su gobierno por parte de la Iglesia católica y otros sectores de la Sociedad. De estos acercamientos se generó la desmovilización de grupos paramilitares que incluyó la Ley de Justicia y Paz.[12] Entre 2002 y 2010 se desmovilizaron cerca de 53 810 miembros de grupos guerrilleros y paramilitares de manera colectiva o individual.[13][14]