Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá (Cumaná, 3 de febrero de 1795-Berruecos, 4 de junio de 1830), conocido como el Mariscal de Ayacucho, fue un político, diplomático y estratega militar venezolano, prócer de la independencia de América del Sur.
Se le otorgó el título de "Gran Mariscal de Ayacucho" por el congreso peruano en 1824, tras comandar el Ejército Unido Libertador del Perú, otorgando la victoria en la batalla de Ayacucho al derrotar al último virrey español en América; en 1821 realizó actividades diplomáticas que permitieron la conformación del Ejército Libertador del Sur de Colombia, al cual Simón Bolívar le dio la responsabilidad de comandar recibiendo el título de General en Jefe,[7][8][9][10][11] labor que realizó venciendo con ayuda del ejército de la Provincia Libre de Guayaquil al ejército realista en la batalla de Pichincha, donde obtuvo el grado de general.
Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá nació el 3 de febrero de 1795 en Cumaná, Capitanía General de Venezuela en ese entonces, de una familia cuyos ascendientes eran originarios de Bélgica y España. Fue hijo de Vicente de Sucre Pardo y García de Urbaneja, militar y político español y María Manuela Alcalá y Sánchez. Perdió a su padre y a su madre a los siete años de edad. Aún adolescente fue enviado a Caracas al cuidado de su padrino, el arcediano de la catedral, presbítero Antonio Patricio de Alcalá, para iniciar estudios de ingeniería militar en la Escuela de José Mires. En 1809, con su hermano Pedro y otros jóvenes, integró como cadete la compañía de Húsares Nobles de Fernando VII, en Cumaná, unidad organizada por Juan Manuel Cajigal y Niño, gobernador de la provincia de Nueva Andalucía.
En 1810, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el empleo de subteniente de milicias regladas de infantería. Este grado fue ratificado por la Junta Suprema de Caracas el 6 de agosto de ese mismo año. En 1811 desempeña en Margarita el cargo de comandante de ingenieros. El 31 de julio de ese año recibió el despacho de teniente. En 1812 se halla en Barcelona, en calidad de comandante de la artillería. Allí, el 3 de julio del citado año, junto con otros ciudadanos notables, firmó el acta de la junta de guerra que se reunió aquel día para resolver lo conducente a la seguridad de la República, a raíz de los acontecimientos en Caracas (ofensiva de Domingo de Monteverde) y la ocupación de Cúpira por un grupo de partidarios de Fernando VII.