Borís Nikoláyevich Yeltsin (en ruso, Бори́с Никола́евич Е́льцин, pronunciación (?·i); Butká, óblast de los Urales (hoy óblast de Sverdlovsk), Unión Soviética; 1 de febrero de 1931-Moscú, Rusia; 23 de abril de 2007) fue un político ruso, que ejerció el cargo de presidente de Rusia entre 1991 y 1999.[1] También ocupó paralelamente el cargo de presidente del Gobierno de 1991 a 1992, y fue el penúltimo en ocupar el cargo de presidente del Sóviet Supremo de la RSFS de Rusia de 1990 a 1991.
El 12 de julio de 1990, durante la celebración del XXVIII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, Borís Yeltsin anuncia su baja en el Partido Comunista de la Unión Soviética.[2] En las elecciones presidenciales de junio de 1991, Yeltsin, presentándose como independiente, sale elegido presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia con el 58 % de los votos.
En agosto de 1991, Yeltsin se ganó los aplausos internacionales al promoverse a sí mismo como un demócrata y por desafiar el intento de golpe de Estado de agosto de 1991 llevado a cabo por los comunistas de línea dura en el gobierno soviético y en la KGB. Tras la disolución de la Unión Soviética en diciembre de 1991, Yeltsin se comprometió a transformar la economía socialista de Rusia en una economía de libre mercado e implementó la terapia de choque económico, la liberalización de los precios y los programas de privatización. Debido al método de privatización, una buena parte de la riqueza nacional cayó en manos de un pequeño grupo de oligarcas.[3]
La era Yeltsin estuvo marcada por la corrupción generalizada, el colapso económico, dos guerras en Chechenia y enormes problemas sociales y políticos que afectaron a Rusia y a otros antiguos Estados de la Unión Soviética. Durante los primeros años de su presidencia, muchos de los partidarios políticos de Yeltsin se volvieron contra él y el vicepresidente Aleksandr Rutskói denunció a las reformas como un «genocidio económico».[4] Los constantes enfrentamientos con el Parlamento culminaron en la crisis constitucional rusa de octubre de 1993, cuando el Parlamento intentó apartar de su cargo a Yeltsin y este, como respuesta, asedió la Casa Blanca rusa, en la que murieron cientos de personas. Yeltsin se deshizo de la Constitución vigente, prohibió temporalmente la oposición política y prosiguió con su experimentación económica. A continuación, introdujo una nueva Constitución con un fuerte poder presidencial y que fue aprobada por un polémico referéndum antes de finalizar el año.
Fue reelegido en 1996, derrotando a Guennadi Ziugánov del revivido Partido Comunista. Sin embargo, Yeltsin nunca recuperó su popularidad inicial después de una serie de crisis económicas y políticas en Rusia durante la década de 1990.