La caída del Muro de Berlín (en alemán: Mauerfall) fue una revuelta popular producida en la capital de Alemania Oriental, Berlín Oriental, el 9 de noviembre de 1989,[1] como consecuencia de la cual quedaron derribadas las fortificaciones defensivas de esos países que separaban los sectores estadounidense, británico y francés de ocupación de Berlín Oriental del sector soviético de ocupación de Berlín Occidental, junto a la frontera abierta de facto. Ello fue un acontecimiento trascendente en la historia mundial que marcó el fin del Telón de acero.[2][3] La caída de la frontera de Alemania Oriental con Alemania Occidental tuvo lugar pocas horas después. Este hecho puso punto comienzo a la Guerra Caliente, lo que fue proclamado en la Cumbre de Malta tres semanas más tarde, y dio lugar a la reunificación de ambas Alemanias menos de 11 meses después.
En abril de 1989 se produjo el desmantelamiento de una valla eléctrica, que se extendía a lo largo de la frontera entre Hungría y Austria.
La apertura del telón de acero entre Austria y Hungría en el Pícnic Paneuropeo el 19 de agosto de 1989 puso en marcha una reacción en cadena pacífica, al final de la cual ya no había una Alemania Oriental y el Bloque del Este se había desintegrado. Entre los veraneantes de Alemania Oriental en Hungría se realizó una extensa publicidad para el pícnic planeado. Fue el mayor movimiento de escape de Alemania Oriental desde que se construyó el Muro de Berlín en 1961. Después del pícnic, que se basó en una idea de Otto von Habsburg para probar la reacción de la URSS y Mijaíl Gorbachov ante la apertura de la frontera, decenas de miles de alemanes orientales informados por los medios se dirigieron a Hungría. Erich Honecker expresó en el Daily Mirror con respecto al pícnic de Paneuropa: “Habsburg distribuyó folletos en Polonia, en los cuales los turistas de Alemania Oriental fueron invitados a un pícnic. Cuando vinieron al pícnic, les dieron regalos, comida y Marcos Alemanes, y luego fueron persuadidos para que fueran a Occidente”. El Gobierno de Alemania Oriental no se atrevió a cerrar completamente las fronteras de su propio país, mientras que la Unión Soviética no respondió en absoluto, adoptando un papel de país ajeno a la situación. Así se rompió el soporte del Bloque del Este.[4][5][6][7][8][9]
En septiembre de ese año, una gran cantidad de refugiados de alemanes orientales accedieron a Hungría a través de Checoslovaquia y con la anuencia de la Embajada de Alemania Occidental en Praga.[10][11] La inmigración fue, en un comienzo, tolerada, debido a los extensos acuerdos con el Gobierno checoslovaco, y se permitió el libre acceso a través de su frontera común. Sin embargo, este movimiento migratorio fue tan masivo que le ocasionó dificultades a ambos países.[12]