En geomorfología y geología, un cañón o cañadón es un accidente geográfico provocado por un río que a través de un proceso de epigénesis excava en terrenos sedimentarios una profunda hendidura de paredes casi verticales. Un lecho de río alcanzará gradualmente una elevación de referencia, que es la misma elevación que la masa de agua en la que desemboca el río. Los procesos de meteorización y erosión formarán cañones cuando las cabeceras y el estuario del río estén a elevaciones significativamente diferentes,[1] particularmente a través de regiones donde las capas de rocas más blandas se entremezclan con capas más duras más resistentes a la intemperie. Es, pues, una especie de desfiladero ensanchado por la larga actuación de los procesos de erosión de hielo. Cuando el cañón es muy estrecho, apenas algo más de un par de metros, se conoce como cañón de ranura.
En general, los relieves tabulares, favorecen la presencia de cañones profundos asociados a fracturas, como sucede con las gargantas en terrenos calizos o cársticos.
La mayoría de los cañones se formaron por un proceso de erosión prolongado desde una meseta o nivel de meseta. Los acantilados se forman porque los estratos rocosos más duros que son resistentes a la erosión y a la intemperie permanecen expuestos en las paredes del valle.
Los cañones son mucho más comunes en áreas áridas que en áreas húmedas porque la meteorización física tiene un efecto más localizado en las zonas áridas. El viento y el agua del río se combinan para erosionar y cortar materiales menos resistentes como la lutita. La congelación y expansión del agua también sirven para ayudar a formar cañones. El agua se filtra en las grietas entre las rocas y se congela, separando las rocas y eventualmente provocando que grandes trozos se desprendan de las paredes del cañón, en un proceso conocido como cuña de escarcha.[2] Las paredes del cañón a menudo están formadas por arenisca o granito resistentes.
A veces, grandes ríos atraviesan cañones como resultado de un levantamiento geológico gradual. Estos se llaman ríos atrincherados, porque no pueden alterar fácilmente su curso. En los Estados Unidos, el Río Colorado en el Sudoeste y el Río Snake en el Noroeste son dos ejemplos de levantamiento tectónico.
Los cañones a menudo se forman en áreas de roca de piedra caliza. Como la piedra caliza es soluble hasta cierto punto, se forman sistemas de cuevas en la roca. Cuando un sistema de cuevas se derrumba, queda un cañón, como en las Mendip Hills en Somerset y los Yorkshire Dales en Yorkshire, Inglaterra.