Charles Darwin


Charles Robert Darwin (Shrewsbury, 12 de febrero de 1809-Down House, 19 de abril de 1882), comúnmente conocido como Charles Darwin, también llamado Carlos Darwin en parte del ámbito hispano,[1][2][3]​ fue un naturalista inglés, reconocido por ser el científico más influyente (y el primero, compartiendo este logro de forma independiente con Alfred Russel Wallace) de los que plantearon la idea de la evolución biológica a través de la selección natural, justificándola en su obra El origen de las especies (1859) con numerosos ejemplos extraídos de la observación de la naturaleza.

Así postulaba que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público en vida de Darwin, mientras que su teoría de la evolución mediante selección natural no fue considerada como la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los años 1930.[4]​ Actualmente constituye la base de la síntesis evolutiva moderna. Con sus modificaciones, los descubrimientos científicos de Darwin aún siguen siendo el acta fundacional de la biología como ciencia, puesto que constituyen una explicación lógica que unifica las observaciones sobre la diversidad de la vida.[5]

Con apenas dieciséis años Darwin ingresó en la Universidad de Edimburgo, aunque paulatinamente fue dejando de lado sus estudios de medicina para dedicarse a la investigación de invertebrados marinos. Durante sus estudios de medicina, asistió dos veces a una sala de operaciones en el hospital de Edimburgo, y huyó de ambas dejándole una profunda impresión negativa. «Esto era mucho antes de los benditos días del cloroformo», escribió en su autobiografía.[6]​ Posteriormente, la Universidad de Cambridge dio alas a su pasión por las ciencias naturales.[7]​ El segundo viaje del HMS Beagle consolidó su fama como eminente geólogo, cuyas observaciones y teorías apoyaban las ideas uniformistas de Charles Lyell, mientras que la publicación del diario de su viaje lo hizo célebre como escritor popular. Intrigado por la distribución geográfica de la vida salvaje y por los fósiles que recolectó en su periplo, Darwin investigó sobre el hecho de la transmutación de las especies y concibió su teoría de la selección natural en 1838.[8]​ Aunque discutió sus ideas con algunos naturalistas, necesitaba tiempo para realizar una investigación exhaustiva, y sus trabajos geológicos tenían prioridad.[9]​ Se encontraba redactando su teoría en 1858 cuando Alfred Russel Wallace le envió un ensayo que describía la misma idea, urgiéndole Darwin a realizar una publicación conjunta de ambas teorías.[10]


Darwin con siete años en 1816.
Portada de la primera traducción en España de un libro de Charles Darwin (Juan N. de Vizcarrondo, 1857)
Portada de la primera traducción en España de un libro de Charles Darwin (Juan N. de Vizcarrondo, 1857).
Viaje del Beagle
Placa conmemorativa del ascenso de Charles Darwin al Cerro La Campana (hoy parque nacional La Campana, Chile)
A mediados de julio de 1837 Darwin comenzó su cuaderno B sobre la «Transmutación de las especies» y en su página 36 escribió «pienso en el primer árbol de la vida».
Panorámica de la casa Down House, donde vivió Charles Darwin.
Panorámica del salón de la casa Down House, donde vivió Charles Darwin.
El camino donde Darwin meditaba, en la Down House.
Darwin tomó como esposa a su prima, Emma Wedgwood.
Charles Darwin, con 31 años, en un retrato en acuarela realizado por George Richmond hacia finales de los años 1830.
Un ejemplar de la primera edición de El origen de las especies.
Hacia 1879, un cada vez más famoso Darwin llevaba años aquejado de una enfermedad crónica.
La tumba de Charles Darwin en la Abadía de Westminster.
Caricatura de Darwin, publicada en la revista Vanity Fair en 1871.
Caricatura de Darwin en la revista Hornet donde él es representado con características propias de un primate, a manera de burla por su teoría evolutiva.
En 1851, Darwin quedó destrozado por la muerte de su hija Annie. Su fe quedó tan resentida que dejó de acudir a la iglesia.[152]
Three-quarter portrait of a senior Darwin dressed in black before a black background. His face and six-inch white beard are dramatically lit from the side. His eyes are shaded by his brows and look directly and thoughtfully at the viewer.
En 1881, Darwin era una figura eminente, que todavía trabajaba en sus contribuciones al pensamiento evolutivo que había tenido un efecto enorme en muchos campos de la ciencia