Derechos reproductivos son aquellos derechos que buscan proteger la libertad y autonomía reproductiva de todas las personas para decidir con responsabilidad si tener hijos o no, cuántos, en qué momento y con quién. Los derechos reproductivos (salud sexual y reproductiva) dan la capacidad a todas las personas de decidir y determinar su vida reproductiva.[1][2][3]
Los derechos reproductivos, al igual que los derechos humanos, son inalienables y no están sujetos a discriminación por género, edad o raza.
El origen del concepto de Derechos Reproductivos, en el marco de Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud aparece en la Conferencia de Teherán de 1968 y en la definición de Bucarest (Conferencia sobre Población de 1974) como un derecho fundamental tanto de las parejas como de los individuos. La inclusión e integración de la planificación familiar dentro del campo de los derechos reproductivos y de la salud reproductiva se produce por primera vez en la Conferencia Internacional para mejorar la salud de las Mujeres y los Niños por medio de la Planificación Familiar, en Nairobi, Kenia, (5 a 9 de octubre de 1987).[1]
El Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo en septiembre de 1994, da esta definición de los derechos reproductivos:
Históricamente la mujer ha realizado y todavía realiza el trabajo reproductivo -que incluye tanto la reproducción humana como los cuidados y atenciones que permiten la supervivencia de individuos y sociedades-.[4] En contextos históricos de alta mortalidad fue necesario mantener una alta natalidad para garantizar un reemplazo suficiente de las poblaciones.[5]