Un edificio (del latín aedificĭum)[1] es una construcción dedicada a albergar distintas actividades humanas: vivienda, templo, teatro, comercio, etc.
La inventiva humana ha ido mejorando las técnicas de construcción y decoración de sus partes, hasta hacer de la actividad de edificar una de las bellas artes: la arquitectura.
La palabra "edificio" es a la vez un sustantivo y un verbo: la estructura en sí y el acto de hacerla. Como sustantivo, un edificio es 'una estructura que tiene un techo y paredes y se encuentra más o menos permanentemente en un lugar';[2] "había un edificio de tres pisos en la esquina"; "Era un edificio imponente". En la interpretación más amplia, una valla o muro es un edificio.[3] Sin embargo, la palabra "estructura" se usa de manera más amplia que "edificio", incluidas las formaciones naturales y artificiales.[4] y no necesariamente tiene paredes. Es más probable que la estructura se use para una cerca. El Sturgis' Dictionary incluyó que "[la construcción] difiere de la arquitectura en la exclusión de toda idea de tratamiento artístico; y difiere de la construcción en la idea de excluir el tratamiento científico o altamente hábil."[5] Hay el uso como verbo, el de construir [un edificio].
La "altura estructural" en el uso técnico es la altura del detalle arquitectónico más alto en la construcción desde el nivel de la calle. Dependiendo de cómo se clasifiquen, las agujas y los mástiles pueden o no estar incluidos en esta altura. Por lo general, no se incluyen los chapiteles y mástiles utilizados como antenas. La definición de "edificio de poca altura versus edificio de gran altura" es un tema de debate, pero generalmente tres pisos o menos se considera de poca altura.[6]
La historia de la arquitectura es la rama de la historia del arte que estudia la evolución histórica de la arquitectura, sus principios, ideas y realizaciones. Esta disciplina, así como cualquier otra forma de conocimiento histórico, está sujeta a las limitaciones y fortalezas de la historia como ciencia: existen diversas perspectivas en relación con su estudio, la mayor parte de las cuales son occidentales. En la mayoría de los casos —aunque no siempre— los periodos estudiados corren paralelos a los de la historia del arte y existen momentos en que las ideas estéticas se superponen o se confunden.