Las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, celebradas el martes 8 de noviembre de 2016, fueron las 58.as elecciones presidenciales cuadrienales en ese país. La fórmula republicana del empresario Donald Trump y el gobernador de Indiana Mike Pence derrotó a la fórmula demócrata de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y el senador de Virginia Tim Kaine, en lo que fue considerado como uno de los mayores vuelcos electorales desde 1948. Trump asumió el cargo como el 45° presidente y Pence como el 48° vicepresidente, el 20 de enero de 2017. Fue la quinta y más reciente elección presidencial en la que el candidato ganador perdió el voto popular.[1]
Con el presidente en ejercicio Barack Obama impedido de buscar un tercer mandato, Clinton derrotó al autodenominado socialista democrático y políticamente desconocido senador de Vermont Bernie Sanders en las primarias demócratas y se convirtió en la primera candidata presidencial mujer de un partido estadounidense importante. Trump emergió como el favorito de su partido en medio de un amplio campo de candidatos en las primarias republicanas venciendo al senador Ted Cruz, al senador Marco Rubio y al gobernador de Ohio John Kasich, entre otros candidatos. La campaña nacionalista populista de derecha de Trump, que prometía "hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande" y se oponía a la corrección política, la inmigración ilegal y muchos acuerdos de libre comercio de Estados Unidos,[2] obtuvo una amplia cobertura mediática gratuita debido a los comentarios incendiarios de Trump.[3][4] Clinton enfatizó su amplia experiencia política, denunció a Trump y a muchos de sus seguidores como una "cesta de deplorables", intolerantes y extremistas, y abogó por la expansión de las políticas del presidente Obama; por los derechos raciales, LGBT y de la mujer; y por el capitalismo inclusivo.[5]
A las 2:40 a. m. (hora del Este) del 9 de noviembre, las cadenas de noticias anunciaron que Pensilvania y Wisconsin (estados en los cuales Hillary Clinton lideraba en la encuestas) daban los últimos 30 electores para definir al ganador a Donald Trump, quien se convirtió en cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos. Clinton aceptó la derrota ante Trump, quien ganó las elecciones presidenciales de 2016 con 304 votos electorales contra 227 de Clinton.[6] Los estados que le dieron (en contra de la mayoría de los pronósticos) la victoria a Trump fueron, principalmente, los estados industriales de la región de los grandes lagos: Míchigan, Pensilvania y Wisconsin. Además de estos, el candidato republicano también logró imponerse en los dos grandes estados en disputa, o "swing states", de las últimas décadas: Ohio y Florida, y en otros estados "swing" menores como Arizona, Georgia, Iowa y Carolina del Norte. Clinton, por su parte, se hizo con estados disputados como Colorado, Nevada, Virginia y Nuevo Hampshire.