Endometrio


El endometrio (del latín científico endometrium[1]​) es la mucosa que recubre el interior del útero y consiste en un epitelio simple cilíndrico con o sin cilios, glándulas y un estroma. Es rico en tejido conjuntivo y está altamente vascularizado. Su función es la de alojar al cigoto o blastocisto después de la fecundación, permitiendo su implantación. Es el lugar donde se desarrolla la placenta y presenta alteraciones cíclicas en sus glándulas y vasos sanguíneos durante el ciclo menstrual en preparación para la implantación del embrión humano.

La caída de los niveles de estrógenos determina una disminución del contenido de agua, colapso y contracción de arteriolas —ramas de la arteria uterina— con isquemia consecutiva del epitelio funcional del útero. La caída de los niveles de progesterona determina liberación de relaxina de granulocitos endometriales, lo que lleva a disolución del retículo endometrial y descamación.[2]

Durante la fase proliferativa o folicular (día 4 al 14) el endometrio prolifera como consecuencia de la secreción de estrógeno,[2]​ una hormona anabólica. La fase folicular concluye con la ovulación.

Durante la fase secretora o luteinizante (día 14 al 28) el endometrio se diferencia bajo la influencia de la progesterona, siendo este el período más receptivo para el blastocito, en especial entre los días 20 y 23.[2]​ Incluso puede observarse tejido decidual en la menstruación debido a la influencia catabólica de la progesterona.[3]

En el embarazo no involuciona el cuerpo lúteo, esto sucede cuando aumentan los niveles de β-hCG (gonadotropina coriónica humana-beta) por el embrión, y así persiste la secreción de progesterona en el primer trimestre de embarazo. Completado el primer trimestre, la placenta está lo suficientemente desarrollada y sintetiza progesterona por sí misma, degenerando el cuerpo lúteo.[4]​ Las glándulas endometriales muestran mayor secreción y núcleos hipercromáticos, las células predeciduales se transforman en deciduales (con más orgánulos), de citoplasma abundante, límites netos y disposición epiteloidea, lo que constituye la decidua (del latín, decidere: caer ). Las células deciduales controlan el grado de invasión del trofoblasto. El endometrio puede mostrar el fenómeno de Arias-Stella: glándulas con hipersecreción y núcleos atípicos (grandes, irregulares, hipercromáticos).

Es frecuente el hallazgo de metaplasia en la hiperplasia del endometrio: escamosa en el 25% de los casos, tubaria en el 100% de los casos; otras son la mucinosa, la de células claras, y la de células eosinófilas. Todas ellas parecen ser secundarias a hiperestimulación estrogénica.