Esparta


Esparta (en griego dórico, Σπάρτα [Spárta]; en griego ático y moderno, Σπάρτη [Spártē] «sembrado»; en latín, Sparta), Lacedemonia o Lacedemón[1]​(en griego, Λακεδαιμονία o Λακεδαίμων; en latín, Lacedaemon) fue la capital de Laconia y una de las polis griegas más importantes junto con Atenas, Tebas y Corinto. Esparta puede no ser considerada una típica polis (ciudad-estado), ya que no contaba con murallas ni con una acrópolis; también puede no ser vista como un «ethnos» en el sentido de «tribu», puesto que su territorio estaba ocupado por cinco tribus diferentes; esta es una discusión que sigue vigente. Estaba situada en la Antigua Grecia, en la península del Peloponeso a orillas del río Eurotas,[2]​ entre los montes Taigeto y Parnón.

Gracias a su poderío militar, Esparta fue una de las ciudades que lideraron a los aliados griegos durante las Guerras Médicas en la primera mitad del siglo V a. C.[3]​ Entre 431 y 404 a. C. Esparta fue la rival de Atenas en la Guerra del Peloponeso,[4]​ de la que salió victoriosa pagando un alto coste. La derrota de los espartanos ante la ciudad de Tebas en la batalla de Leuctra, librada en el 371 a. C., marcó el final de su hegemonía, aunque mantuvo su independencia política hasta la conquista romana de Grecia en el 146 a. C. Entonces comenzó para la ciudad un largo período de declive que tocó fondo en la Edad Media, cuando los espartanos se trasladaron a Mistrá. La moderna Esparta es la capital de la unidad periférica griega de Laconia y el centro de una zona que vive de la agricultura.

Esparta fue una ciudad única en la Antigua Grecia por su sistema social y su constitución, que estaban completamente centrados en la formación y la excelencia militar. Sus habitantes estaban clasificados en varios estatus: homoioi –ὅμοιοι, gozaban de todos los derechos–, motaz –μόθακες, nacidos fuera de la ciudad pero criados como espartanos–, periecos –περίοικοι, libertos– e ilotas –εἱλώτης, siervos–. Los hómoioi recibían una rigurosa educación espartana –ἀɣωɣή, agogé– centrada en la guerra, gracias a la cual las falanges espartanas eran consideradas las mejores en batalla. Las mujeres espartanas gozaron de más derechos e igualdad con los hombres que en ningún otro lugar de la antigüedad clásica.

Aunque Esparta nunca llegó a tener tantos habitantes como Atenas[5]​ y en la actualidad sólo quedan ruinas de la antigua polis, su idiosincrasia fascinaba incluso a sus coetáneos, y la admiración por la cultura lacónica ha pervivido hasta la actualidad.

El Estado espartano se extendía hasta el siglo V a. C., según Tucídides, por las dos quintas partes del Peloponeso,[6]​ es decir, alrededor de 8500 km² y el triple que su rival el Estado ateniense.[7]​ Constaba de dos regiones principales separadas por montañas: Laconia y Mesenia.


Mapa de Esparta
Modelo de hoplita espartano. En ciertas ocasiones los escudos incluían insignias familiares. Características: casco de bronce con cresta, hoplón (escudo de hasta 1 metro), lanza de 2,50 metros. Los guerreros espartanos eran conocidos por llevar pelo largo, como hace mención Heródoto, como símbolo de hombre libre.
Casco espartano.
Busto de un hoplita, quizás Leónidas (Museo arqueológico de Esparta).
Jóvenes espartanos ejercitándose, cuadro de Edgar Degas.
Jenofonte, mercenario ateniense e ilustre huésped de Esparta. De importante participación en la expedición de aliados griegos contra el Imperio aqueménida, conocida como la Expedición de los Diez Mil. Su información y escritos fueron de gran utilidad para Esparta y posteriormente a Alejandro Magno.
Organización política y clasificación social en Esparta
Tetradracma en plata de Artemisa, data del período 235 al 222 a. C., de un lado y del otro las iniciales "A", de la diosa, y "Λ" (L), de Lacedemón.
Éforos de Esparta
Ares, uno de sus principales dioses
Artemisa Ortia representada como «dueña de los animales», exvoto de marfil depositado en su santuario, Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Corybantian dance from Smith's Dictionary of Antiquities (SALTATIO article).png
El dios Apolo, a quien los espartanos consagraban las fiestas Carneas y las Gimnopedias (esta última celebrada con Artemisa)
Batalla de las Termópilas. Esparta frenó el avance en un paso angosto de 10-20 metros. En azul, la guarnición espartana, en rojo las fuerzas persas.
Atenas (ya evacuada) y Esparta, junto con las polis griegas aliadas, frenaron la invasión persa en el istmo de Corinto, de unos 8 km de ancho. Grecia casi desaparece. Por primera vez atenienses y espartanos se aliaban.
Guerra del Peloponeso
Plano de las partes en conflicto:      Esparta y la Liga del Peloponeso     Atenas y la Liga de Delos
Derrotas en las batallas del siglo III a. C.
Ruinas del teatro de Esparta.
La llanura de Esparta en la época de la Expedición de Morea, por Abel Blouet.
Templo de Atenea Calcieco.
Teatro.
Ofrendas votivas halladas en el santuario.
Estesícoro.
Caballo de bronce de estilo laconio encontrado en Olimpia, c. 740 a. C., museo del Louvre.
Ruinas de Esparta.
Licurgo y los dos perros, anécdota edificante publicada por Plutarco. Grabado de Otto Van Veen, Emblemata Horatiana, 1607.
Representación ideal de Esparta. Ilustración de las Crónicas de Núremberg, 1493.