En filosofía, la existencia es, en términos generales, la realidad de un ente. A este concepto se lo suele contrastar con el de esencia.[1][2]
La palabra existencia proviene del término latino existentia, derivado tardío del verbo existere, compuesto de ex- («fuera»)[3] y sistere («detenerse»)[4] o stare («estar derecho»),[5] y que significa «salir, aparecer, mostrarse»; o bien «ser, estar».[6][7] Así, atendiendo a su etimología, la palabra existencia significa «lo que está ahí» o «lo que está afuera».[8]
Los filósofos de la Antigua Grecia distinguían la existencia verdadera de la apariencia sensible y cambiante — lo fenoménico. Consideraron y estudiaron la realidad o esencia de todas las cosas como arché (ἀρχή): principio, origen y causa de todas las cosas.
A los filósofos presocráticos les preocupó determinar qué es lo que existe, más que explicar la misma existencia de las cosas.[9] Así, teorizaban que “lo que hay” (lo que realmente existe) es el agua (Tales), el aire (Anaxímenes), lo ápeiron (Anaximandro), o los números (Pitágoras).
Heráclito plantea no haber esencias, no existir las cosas, lo que verdaderamente existe es el movimiento, el cambio o devenir.
Con Parménides el problema adquiere un nuevo sentido en cuanto a la inteligibilidad como Idea del ser.