Expresión facial


La expresión facial (también, facies, semblante), junto con la mirada, es uno de los medios más importantes para expresar emociones y estados de movimiento y no como un objeto estático podemos conseguir una mejor comprensión de lo que nos comunican los demás.

También hacemos juicios sobre la personalidad y otros rasgos de la gente en función de lo que vemos en sus caras. Por ejemplo, a las personas con facciones atractivas se les suele atribuir determinadas cualidades que pueden o no poseer en realidad.

No toda la comunicación que se transmite a través de la expresión facial es susceptible de ser percibida conscientemente por el interlocutor; sin embargo, sí se sabe que las impresiones que obtenemos de los otros también están influidas por los movimientos imperceptibles de su comunicación verbal.

En un primer encuentro entre dos personas, los primeros cinco minutos suelen ser el periodo más crítico. Las impresiones formadas en este breve espacio de tiempo tenderán a persistir en el futuro, e incluso a ser reforzadas por el comportamiento posterior, que no suele ser interpretado objetivamente, sino de acuerdo a esas primeras impresiones.

Puesto que la cara es uno de los primeros rasgos que advertimos en una persona, esta puede jugar claramente un papel vital en el proceso de establecimiento de relaciones con los demás.

Junto con los ojos, la cara es nuestro mejor medio para comunicarnos sin palabras. La utilizamos (y los juicios de los demás dependerán de los indicios que obtengan) para indicar lo agradables que somos como personas, para expresar nuestro actual estado de ánimo, para mostrar la atención que préstamos a los demás, etcétera. No obstante, las expresiones faciales pueden utilizarse para reforzar el impacto de los mensajes verbales, como por ejemplo cuando una madre regaña a su hijo: la expresión de su cara demostrará si está realmente enfadada, si tan solo un poco…


Fotografías del libro Mécanisme de la Physionomie Humaine de Guillaume Duchenne, publicado en 1862. Con la ayuda de estímulos eléctricos, Duchenne determinó cuáles eran los músculos responsables de las diversas expresiones faciales. Charles Darwin reeditaría más tarde algunas de estas fotografías en su propio trabajo sobre el tema, que comparó expresiones faciales humanas con las de otros seres del reino animal.
Hombre haciendo mueca, Israel 1969
Hombre haciendo mueca, Israel 1969