La fosa de Puerto Rico es una fosa marina localizada en el límite entre el mar Caribe y el océano Atlántico. Está asociada con un complejo de transición en la zona de subducción al sur de las Antillas Menores y la placa que se extiende al occidente, desde Cuba y la isla de La Española hasta la fosa de las Caimán y la costa de América Central. Los estudios científicos realizados en la zona han concluido que un terremoto en esta falla podría originar un maremoto.
La isla de Puerto Rico se localiza inmediatamente al sur de la zona de fallas geológicas y de la fosa que lleva su nombre. Esta fosa tiene una longitud de 1.500 km y alcanza su máxima profundidad de 8.600 metros bajo el nivel del mar. Dicha fosa es el punto más profundo de todo el océano Atlántico.[1]
La fosa de Puerto Rico se localiza en el límite de dos placas tectónicas. La placa del Caribe se mueve hacia el oriente, mientras que la placa Norteamericana lo hace hacia el poniente. La placa Norteamericana subducciona la placa del Caribe en el sureste de la fosa. Esta zona de subducción explica la presencia de volcanes activos en el sureste del mar de las Antillas. El vulcanismo es frecuente en el arco de las islas de Barlovento y las islas de Sotavento, ubicadas entre Borinquen y la costa norte de América del Sur.
Puerto Rico, las Islas Vírgenes y La Española no poseen volcanes activos, sin embargo, están en riesgo de un probable terremoto o un maremoto.
Puerto Rico cuenta con 504 fallas que fueron analizadas y evaluadas por expertos. Hay varias fallas importantes alrededor de la isla como: cañón de la Mona, zona de la falla septentrional, depresión de las islas Vírgenes, plataforma de islas Vírgenes, zona Oriental de la República Dominicana, región central de Puerto Rico, trinchera de Puerto Rico, zona sísmica del Sombrero, pasaje de la Mona y la zona de falla de los 19° N. Es considerada una gran amenaza por la red sísmica y por eso es considerada la segunda falla más peligrosa registrada hasta 2018.