El habla (del latín fābŭla, 'rumor, conversación, habladuría') es la realización de una lengua o idioma, es decir, el acto individual por medio del cual una persona hace uso de una lengua para poder comunicarse, elaborando un mensaje según las reglas y convenciones gramaticales que comparte con una comunidad lingüística determinada. La palabra proviene del latín fabŭla. El habla no se puede referir propiamente a un acto de habla o a la realización de una serie de formas lingüísticas por parte de un hablante.
Muchos problemas pueden afectar a la capacidad humana para hablar y comunicarse adecuadamente. Estos problemas varían desde usar palabras de manera incorrecta, hasta la incapacidad total para hablar o entender el habla (afasias). Entre las causas se incluyen:
Algunos problemas del habla y la comunicación pueden ser genéticos. Frecuentemente, se desconocen las causas. En el primer grado de enseñanza, aproximadamente 5% de los niños tienen problemas del habla notorios. La terapia del habla y del lenguaje puede serles útil.
El habla posee diversas áreas en las que se puede ver diversos problemas, la psicología ha detectado a lo largo de los años diversos trastornos asociados al habla, cada uno de estos trastornos actualmente posee su tratamiento correspondiente. Entre los trastornos relacionados al habla encontramos:
En el Curso de lingüística general de Saussure se distingue entre los términos «lengua» (langue) y «habla» (langage). En esa obra,[1] la lengua se define como un objeto común a un conjunto de actos de habla particulares y heterogéneos. La «lengua» sería un sistema subyacente a todos esos actos. Así, alguien que habla español puede usar giros, registros, y formas peculiares en cada acto de habla, pero se supone que, común a todas esas peculiaridades de cada acto de habla, existe un objeto homogéneo y bien definido que es la «lengua» (el español).
Por otra parte, el «habla» es polifacética y heterogénea, comprende un conjunto de hechos idiosincráticos tanto individuales como sociales. La «lengua» (langue) es un todo autocontenido y un principio de clasificación. Tiene una base social, en el sentido de que la lengua no es un objeto propio de ningún hablante concreto, sino el producto de la interacción social, y algo asimilado por todos los hablantes en su conjunto. La «lengua» solo existe dentro de la colectividad, ya que es un «sistema de signos que permite expresar ideas».