Idioma hebreo


Afroasiático
 Semítico
  Semítico occidental
   Semítico central
    Semítico noroccidental
     Cananeo

El idioma hebreo (en hebreo, עִבְרִית, pronunciado [ivrít] Acerca de este sonido (escuchar)) es una lengua semítica de la familia afroasiática hablada, escrita y leída por más de ocho millones de personas en Israel y por las comunidades de la diáspora judía extendida en más de 80 países.[2]

Desde la Antigüedad, el hebreo es la lengua escrita, litúrgica y de oración empleada por el judaísmo, donde funciona como lengua sacra; consecuentemente allí se la denomina לשון הקודש (lashón ha-Kódesh, ‘lengua de lo sagrado’).[2]​ Según la tradición judía, el hebreo habría sido la lengua escogida por Dios para transmitir su mensaje a la humanidad, por eso sus hipocorísticos .[2]

A pesar de no haber sido hablada permanentemente a lo largo de sus más de tres milenios de existencia, el hebreo se mantiene como un importante elemento común y de cohesión en lo que concierne a las diferentes comunidades judías alrededor del mundo.

El hebreo moderno es el idioma oficial del Estado de Israel, al que en español a veces se refiere como el Estado hebreo.

El hebreo pertenece al grupo noroccidental de las lenguas semíticas y al subgrupo cananeo. Dicho subgrupo incluye también al fenicio-púnico, al moabita y al amonita. Al otro subgrupo de las lenguas semíticas noroccidentales pertenece el arameo, cuyas similitudes con el hebreo y el fenicio son sumamente evidentes. Posiblemente algunas variedades de fenicio y algunas de hebreo fueran mutuamente inteligibles en un alto grado.


La principal fuente del acervo hebreo es la Torá, preservada en esta estampa de Lilien por La reina del Shabat, en cuyo vestido figuran los caracteres empleados por el idioma hebreo.[3]
El dintel de Shebna, perteneciente a la tumba de un servidor real.Siloé, siglo VII a. C.
Rollo del Mar Muerto: Profecía de Habacuc, Qumran, c. 75 a. C.
Calendario agrícola de Gézer, con caracteres hebreos arcaicos, siglo X a. C. Museo de Israel.
Arte judío. Marianos y Janina, Mosaico bizantino de la Sinagoga Beit Alfa, siglo VI. La composición incorpora los doce motivos del zodíaco por ser coincidentes con los doce meses del calendario hebreo.[16]​ La presencia del motivo central del sol tiene aquí una justificación de orden astronómico (y no religioso).[17]​ Las cuatro figuras de las esquinas representan los cuatro hitos del año,[18]​ solsticios y equinoccios, nombrados en hebreo según el mes en que cada uno de ellos ocurre: Tishrei, [Tevet], Ni[san] y Tamuz. Kibutz Beit Alfa, Israel.
El alfabeto hebreo interpretado a la luz de la estrella de David.
Inscripción hebrea en la sinagoga de Córdoba, cultura sefardí, siglo XIV.