Las guerras de independencia hispanoamericanas fueron una serie de conflictos armados entre 1809 y 1829, que se desarrollaron en los territorios americanos del Imperio español a principios del siglo XIX, en los cuales se enfrentaron el bando a favor de la independencia, también denominado «revolucionario» o «patriota», contra el bando a favor de mantener la integridad de la Monarquía española,[6] que se conocería más tarde como «realista» o «virreinal». Según la postura historiográfica, estos conflictos son considerados también guerras civiles[7][8] o bien una combinación de diversas formas de guerras.[9][14]
En 1808, el emperador francés Napoleón Bonaparte secuestra a los reyes españoles, y obtiene los derechos sobre la corona española en las Abdicaciones de Bayona (Francia) e impone a su hermano José I como rey constitucional según el Estatuto de Bayona. Estos sucesos terminan con el Antiguo Régimen y son considerados ilegítimos por los españoles europeos y americanos. La cesión de la corona a Napoleón provoca un vacío de poder que conduce en 1810 a una revolución liberal en América y en España, y lleva al imperio a un conflicto de alcance continental entre los nuevos sujetos soberanos, entre las cortes de Cádiz y las juntas americanas. En 1814, Napoleón es derrotado: firma el tratado de Valençay, por el cual Fernando VII recupera su antiguo derecho al trono de España, restaura el absolutismo, reprime a los liberales españoles, pero no consigue derrotar a los revolucionarios americanos. En 1820, el pronuciamiento liberal de Riego en España acaba con el apoyo militar de la metrópoli y se desmorona la resistencia española en América: los independentistas americanos obtienen sus principales victorias y consolidan su independencia.
El secuestro y abdicación de los reyes españoles da lugar a un vacío de poder y una revolución liberal en América y España. La revolución liberal española y los movimientos liberales de Hispanoamérica comienzan de formas políticas variadas, de acuerdo con las condiciones que imperaban en cada región, pero todos convergen en la soberanía popular y el Estado liberal.[16] Una postura historiográfica dice que las revoluciones hispanoamericanas tienen relación con la independencia de las colonias británicas de América del Norte en 1776, la Revolución francesa o la Revolución haitiana formando parte de las llamadas revoluciones atlánticas.