Filipinas —oficialmente, la República de Filipinas (en tagalo, Republika ng Pilipinas; en inglés, Republic of the Philippines)— es un país insular (véase archipiélago) situado en el Sudeste Asiático, sobre el océano Pacífico. Su capital es Manila.[5][6] Al norte se encuentra separado de la isla de Taiwán por el estrecho de Luzón; al oeste se halla el mar de la China Meridional, también conocido como el mar de Filipinas Occidental y Vietnam; al suroeste, la isla de Borneo; al sur, el mar de Célebes lo separa de otras islas de Indonesia, y al este limita con el mar de Filipinas.[7][6] Su ubicación en el cinturón de fuego del Pacífico y su clima tropical lo convierten en un lugar propenso a terremotos y tifones.[8][9][5] El país es rico en recursos naturales y se encuentra en una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo.[10][11][12] Está formado por 7641 islas que se clasifican geográficamente en tres grupos: la isla de Luzón, el grupo de las Bisayas y la isla de Mindanao.[7]
Filipinas tiene una población estimada de 109 millones de habitantes de acuerdo con el censo del 2020; además, es el 12.º país más poblado del mundo sin tener en cuenta a los 12 millones de filipinos que viven en el extranjero.[13] Varias etnias y culturas conviven a lo largo de sus islas.[6][14] Catalogado como un país recientemente industrializado,[6] su economía continúa el constante crecimiento que inició desde su independencia.[2] Las reformas económicas implementadas a inicios del siglo XXI lograron que el sector servicios desplazara a la agricultura como la principal actividad económica, y ahora este aporta más de la mitad del PIB.[15] Sin embargo, aún enfrenta diversos retos en la infraestructura: la falta de desarrollo en el sector turístico, la educación, la atención a la salud y el desarrollo humano.[3]
En tiempos prehistóricos, los negritos fueron algunos de los primeros habitantes del archipiélago,[16] seguidos por oleadas sucesivas de pueblos austronesios que trajeron consigo tradiciones y costumbres de Malasia, India y el mundo islámico, mientras que el comercio introdujo algunos aspectos culturales chinos.[17][18] Estos establecieron los primeros reinos insulares gobernados por Datus, Rajas o Sultanes.