Jerusalén[3] (en hebreo, יְרוּשָׁלַיִם Yerushaláyim (?·i); en árabe, القـُدْس
al-Quds (?·i)) es una ciudad de Oriente Próximo, situada en los montes de Judea, entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del mar Muerto. Los israelíes la han erigido como capital del Estado de Israel, mientras que el Estado de Palestina reivindica su parte oriental como su propia capital. Los asentamientos más antiguos en Jerusalén datan del V milenio a. C. y es una de las ciudades más antiguas del mundo.[4] Jerusalén tiene un profundo significado religioso para el judaísmo, el cristianismo y el islam. La ciudad vieja de Jerusalén fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
El estatus de la parte oriental de la ciudad, conquistada en 1967 por Israel, se encuentra disputado, ya que en este sector —referido habitualmente como Jerusalén Este o Jerusalén Oriental que incluye la Ciudad Vieja— es donde el Estado de Palestina pretende establecer su capital. Israel discute las reclamaciones palestinas y, tras la guerra de los Seis Días, considera la ciudad como un todo unificado y un mismo municipio, declarándola como su capital «eterna e indivisible» mediante la Ley de Jerusalén en 1980. Esta anexión ha provocado un amplio rechazo en la comunidad internacional, materializado en la resolución 478 del Consejo de Seguridad de la ONU, que la consideró contraria al Derecho Internacional,[5] y en señal de protesta por este acto unilateral los Estados miembros de las Naciones Unidas acabaron por trasladar sus embajadas a Tel Aviv, tal como pedía la resolución.
Jerusalén fue sede de un reino amorreo bajo hegemonía egipcia durante el período de Amarna, ciudad principal de un pueblo cananeo (los jebuseos según el relato bíblico), conquistada por los hebreos en el siglo X a. C. y capital de los reyes de Judá por lo menos desde el siglo IX a. C. La Biblia añade que antes fue el asiento de los reyes del Reino unificado de Israel. Conquistada por los babilonios, fue capital de la región de Judea durante el dominio persa, lágida y seléucida. Conquistada por los macabeos, los reyes asmoneos gobernaron desde ella hasta la toma de la ciudad por Pompeyo en 63 a. C. Desde entonces fue capital religiosa de la provincia romana de Judea. Después de la Primera Guerra judeorromana, fue arrasada por el general y futuro emperador romano Tito, y reconstruida como colonia romana con el nombre de Aelia Capitolina por el emperador Adriano, siendo la región rebautizada como Siria-Palestina.