Compañía de Jesús


La Compañía de Jesús (S.I.; en latín: Societas Iesu) (se usa también la forma S.J.), cuyos miembros son comúnmente conocidos como jesuitas, es una orden religiosa de clérigos regulares de la Iglesia católica fundada en 1534 por el español Ignacio de Loyola,[2][3]​ junto con Francisco Javier, Pedro Fabro, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Nicolás de Bobadilla, Simão Rodrigues, Juan Coduri, Pascasio Broët y Claudio Jayo en la ciudad de Roma. Fue aprobada por el papa Paulo III en 1540.[4]

Con 15 306 miembros en 2020 (de los cuales 11 049 eran sacerdotes ordenados),[5]​ es la mayor orden religiosa católica hoy en día. Su actividad se extiende a los campos educativo, social, intelectual, misionero y de medios de comunicación católicos, además de atender 1250 parroquias en todo el mundo (a fecha de 2020).[5]

La Compañía de Jesús es una orden religiosa de carácter apostólico y sacerdotal, aunque la conforman también “hermanos legos” o coadjutores, es decir, religiosos no ordenados. Está ligada al papa por un “vínculo especial de amor y servicio”. Su finalidad, según la Fórmula del Instituto, documento fundacional de la Orden (1540), es «la salvación y perfección de los prójimos». En términos de Derecho Canónico, la Compañía de Jesús es una asociación de hombres aprobada por la autoridad de la Iglesia, en la que sus miembros, según su propio derecho, emiten votos religiosos públicos y tienden en sus vidas hacia la “perfección evangélica”.

La formación en la Compañía de Jesús empieza con un noviciado que dura dos años. Continúa con un proceso de formación intelectual que incluye estudios de humanidades, filosofía y teología. Además, los jesuitas en formación realizan dos o tres años de docencia o «prácticas apostólicas» (período de “magisterio”) en colegios o en otros ámbitos (trabajo parroquial, social, medios de comunicación, etcétera). El estudio a fondo de idiomas, disciplinas sagradas y profanas, antes o después de su ordenación sacerdotal, ha hecho de los miembros de la Compañía de Jesús, durante casi cinco siglos, los líderes intelectuales del catolicismo. La formación en la Compañía termina con la Tercera probación, que también se conoce como «Escuela del Corazón (o de los afectos)».

San Ignacio de Loyola, el fundador, quiso que sus miembros estuviesen siempre preparados para ser enviados con la mayor celeridad allí donde fueran requeridos por la misión de la Iglesia. Por eso, los jesuitas profesan los tres votos normativos de la vida religiosa (obediencia, pobreza y castidad) y, además, un cuarto voto de obediencia al papa, «circa misiones».[6]​ La Fórmula del Instituto (confirmada por Julio III en 1550) dice: «Militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir solo al Señor y a la Iglesia, su Esposa, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra».


Una de las primeras versiones del sello de la Compañía de Jesús (Iglesia del Gesù, Roma). El trigrama "IHS", comprendido por las tres primeras letras griegas de "ΙΗΣΟΥΣ" (Jesús)
Iglesia central de la Compañía de Jesús en Roma.
Iglesia de la Compañía de Jesús en Bogotá, Colombia.
Regimini militantis Ecclesiae, cuadro de Johann Christoph Handke del siglo XVIII.
El arzobispo húngaro Pedro Pázmány (1570-1637)
Estatua que honra al sacerdote y misionero jesuita Juan de Brébeuf. Santuario de los mártires, Midland, Ontario, Canadá.
Iglesia de la Compañía de Jesús en Quito (Ecuador).
Iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba (Argentina).
El misionero español san José de Anchieta fue, junto con Manuel da Nóbrega, el primer jesuita que Ignacio de Loyola envió a América.[11]
Sello de la Compañía de Jesús.
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Georgetown University (Washington, D.C.)
Francisco, el argentino Jorge Mario Bergoglio, es el primer papa perteneciente a la Compañía de Jesús.[31]​ También proceden de esta 82 obispos actualmente vivos.[32]
Historia de las misiones jesuitas en India, China y Japón (Luis Guzmán, 1601)