Kurmanbek Salíyevich Bakíev (Курманбек Салиевич Бакиев en el alfabeto cirílico); (Masadan, Provincia de Jalal-Abad, RSS de Kirguistán, 1 de agosto de 1949), es un ingeniero y político kirguís, presidente de Kirguistán desde agosto de 2005 hasta abril de 2010. Fue el líder del Movimiento Popular de Kirguistán, una coalición de partidos, y obtenía la mayoría de sus votos en la parte sur del país. Como político profesional entrenado por los soviéticos, era también popular entre la población de etnia rusa, soporte fundamental de la industria del país, y entre los intelectuales del norte.
Bakíyev llegó al poder como consecuencia de la Revolución de los Tulipanes, una serie de disturbios civiles que culminaron el 23 de marzo de 2005 con la renuncia del presidente Askar Akáyev y la instalación de Bakíyev en su lugar. Meses después, como candidato del MPK, fue elegido presidente prácticamente sin oposición, bajo la promesa de reducir los poderes presidenciales, democratizar el sistema político y aumentar la transparencia gubernamental.[1] Sin embargo, el primer mandato de Bakíyev se caracterizó por un preocupante aumento de la corrupción, la pobreza, el desempleo y la dependencia económica de Rusia.[2] A su vez, la situación política del país continuó siendo inestable y autoritaria, llegando, según Freedom House, a estándares peores a los de la época de Akayev. Tras una controvertida reforma constitucional,[3] Bakíyev se presentó a la reelección en 2009, triunfando por aplastante margen luego de que Almazbek Atambayev, el principal candidato de la oposición, se retirara denunciando fraude electoral.[4]
El segundo mandato de Bakíyev se vio marcado por un dramático empeoramiento de la situación económica y energética, ocurriendo varios apagones a principios de 2010.[1] Paralelamente, la situación exterior empeoró y el gobierno ruso de Dmitri Medvédev le retiró su apoyo a finales de marzo de 2010. En ese contexto, el 6 de abril estalló una revuelta social generalizada que forzó a Bakíyev a abandonar la capital, siendo declarado al día siguiente un gobierno provisional bajo el liderazgo de Rosa Otunbáeva, aunque algunas zonas del país permanecieron bajo el control del régimen durante toda la semana posterior.[5] Los disturbios, que dejaron al país al borde de la guerra civil, finalizaron con la renuncia de Bakíyev el 15 de abril y su huida del país a Bielorrusia, donde el presidente Aleksandr Lukashenko le concedió asilo político.[6]
En 1972, Bakíyev se graduó en el Instituto Politécnico de Kúibyshev como ingeniero eléctrico; de 1974 a 1976 sirvió en el Ejército Rojo soviético. En 1979, era sub-ingeniero jefe en una fábrica de Jalalabad, y en 1990 había llegado a ser director de la misma, año en el que la abandonó para comenzar su carrera política.