El Libro de Daniel es un libro de la Biblia en el cual se relata la vida de su protagonista, Daniel, un noble judío exiliado en Babilonia,[1] así como sus visiones apocalípticas enfocadas en asuntos políticos.[2] Su mensaje es que así como el Dios de Israel salva a Daniel de sus enemigos, también salvaría a Israel de la opresión.[3]
Forma parte de la Tanaj hebrea y del Antiguo Testamento cristiano. En la primera no lo incluye en la sección denominada los Profetas (Nevi'im) sino entre los Escritos (Ketuvim). En el segundo se lo considera el sexto de los libros proféticos y se lo incluye entre los Profetas Mayores (junto con Isaías, Jeremías y Ezequiel) entre los libros de Ezequiel y Oseas.
Está datado en el siglo II a. C.,[4] y se dispone de dos variantes del texto; la más breve es la que aparece en la Biblia hebrea y las versiones de las iglesias reformadas. En las biblias católicas, así como en la versión de los Setenta, el texto incluye secciones, llamadas deuterocanónicas, que agregan información sobre la vida del profeta y pasajes poéticos.
Daniel pertenece esencialmente al género apocalíptico de tradición judía, siendo uno de sus primeros ejemplos, inspirándose sobre todo en el Libro de Ezequiel. Este género es de difícil comprensión, pero esencialmente muestra como Yahveh, el Dios de Israel, concede la sabiduría a sus elegidos, en este caso Daniel, y les revela sus designios secretos sobre el mundo y la historia. El libro contiene secciones narrativas que le sirven de contexto y comentario. Quienes consideran al libro como obra de un profeta llamado Daniel que vivió en la corte de Nabucodonosor y sus sucesores, suelen caracterizarlo como un texto profético.
La tradición judía no lo coloca entre los Profetas (Nevi'im) sino entre los Escritos (Ketuvim), lo que parece indicar que la colección de libros proféticos ya estaba completa y cerrada cuando se escribió Daniel. En la Tanaj se ubica entre Ester y Esdras.
En la versión de los LXX, va sexto entre los profetas, luego de Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Baruc y Ezequiel. Esta ubicación la heredaron luego todas las demás biblias cristianas, las cuales lo consideran uno de los Profetas Mayores.