Luxemburgo, oficialmente Gran Ducado de Luxemburgo (luxemburgués: Groussherzogtum Lëtzebuerg, francés: Grand-Duché de Luxembourg, alemán: Großherzogtum Luxemburg), es uno de los veintisiete estados soberanos que forman la Unión Europea. Se trata de un Estado sin litoral, rodeado por Alemania, Bélgica y Francia. Luxemburgo cuenta con una población de 636 000 habitantes sobre un área de 2586 kilómetros cuadrados.[1]
El gobierno de Luxemburgo es una monarquía constitucional parlamentaria unitaria, siendo el único gran ducado soberano en la actualidad. El Estado tiene una economía altamente desarrollada, disfrutando de un producto interior bruto per cápita de los más altos del mundo, de acuerdo con el Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional.[4]
Luxemburgo es miembro de la Unión Europea, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, las Naciones Unidas y el Benelux, reflejando la orientación política a favor de la integración económica, política y militar. Su capital, Luxemburgo, es sede de numerosas instituciones y agencias de la Unión Europea.
Luxemburgo posee culturas y tradiciones diversas por encontrarse entre la Europa romana y la Europa germánica. El país tiene tres lenguas oficiales: luxemburgués, francés y alemán. La localidad de Schengen, que dio su nombre al espacio de Schengen, está ubicada en Luxemburgo.
El territorio que actualmente ocupa el gran ducado fue originalmente poblado por los tréveros, una tribu de origen belga. Ellos habitaron la región hasta el año de la conquista romana en 53 a. C. Alrededor del siglo V, durante la Edad Media, los francos se apoderaron de este territorio que más adelante pasó a formar parte de otros reinos, como Austrasia (en el noreste del reino franco), Lotaringia y, por último, el Sacro Imperio Romano Germánico.
Aunque la historia luxemburguesa documentada se remonta a los tiempos de los romanos, se considera que comienza de forma propiamente dicha en el año 963 con la adquisición de Lucilinburhuc (actualmente el Castillo de Luxemburgo) por Sigfrido, conde de las Ardenas. En el siglo XIV los emperadores germánicos lo convirtieron en ducado y en 1441 fue incorporado al Estado borgoñón.