El Movimiento de Países No Alineados (MPNA o MNOAL) es una agrupación de Estados conformada durante la Guerra Fría, el conflicto geopolítico e ideológico mundial de la segunda mitad del siglo XX que se manifestó con el enfrentamiento indirecto entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. La finalidad del MPNA era conservar su posición neutral y no aliarse a ninguna de las superpotencias ya nombradas. Aunque haya caído el Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989) y la URSS se haya disuelto (1991), la organización continúa vigente.
El primer intento de la creación de una convergencia entre los países que más tarde se conocería como el Movimiento de los Países No Alineados, fue en 1955 cuando se celebró en la Conferencia de Bandung, en Indonesia,[1] siendo Jawaharlal Nehru, Gamal Abdel Nasser y Sukarno (jefes de gobierno de India, Egipto e Indonesia, respectivamente) los promotores de la idea. En una reunión evocaron la idea de crear una organización. Debido a que se produjo poco después de la independencia india, influyó mucho la ideología y el pensamiento de Mahatma Gandhi.[2] La primera cumbre de los Países No Alineados se celebró en Belgrado en 1961.[2]
Después del fin de la Guerra Fría el MPNA sufrió de falta de identidad, ya que el motivo de creación era tener un bando intermedio entre las dos superpotencias de la Guerra Fría.
En junio de 2016 el MPNA estaba compuesto por 120 Estados miembros y otros 15 países observadores. Los Estados miembros representan casi dos tercios de los miembros de la ONU y albergan 55% de la población mundial.
La ya mencionada Conferencia de Bandung, Indonesia, reunió a 29 jefes de Estado de la primera generación postcolonial de líderes de los dos continentes para identificar y evaluar los problemas mundiales del momento, a fin de desarrollar políticas conjuntas en las relaciones internacionales.
En esa conferencia se enunciaron los principios que deberían gobernar las relaciones entre las naciones grandes y pequeñas, conocidos como los Diez Principios de Bandung. Dichos principios fueron adoptados posteriormente como los principales fines y objetivos de la política de "no alineación" y los criterios centrales para la membresía del Movimiento. Con el paso de los años, el Movimiento evolucionó desde una neutralidad pasiva hacia un activismo de no alineación que le llegó a dotar de una importante fuerza internacional