Olimpia


Olimpia (en griego clásico: Ὀλυμπία; en griego moderno: Ολυμπία [Olympía]) es un sitio arqueológico situado en la unidad periférica de Élide, en Grecia. En la Antigüedad, era la sede de un importante santuario y además el lugar donde se celebraban los Juegos Olímpicos. Se encontraba al pie del monte Cronio y en el lado derecho del río Alfeo.

Los primeros restos arqueológicos en Olimpia son fragmentos de cerámica que pertenecen al cuarto milenio a. C., a finales del neolítico. De la Edad del bronce se hallan restos de asentamientos, entre los que destaca una gran tumba hallada en las capas inferiores del Pelopio. Probablemente había ya en el lugar un santuario a finales del periodo micénico aunque el bosque sagrado —el Altis— comenzó a formarse entre los siglos X-IX a. C. y las primeras estatuas que representan a Zeus halladas en el lugar pertenecen al periodo geométrico.[1]

Además de por su santuario, Olimpia fue célebre desde la Antigüedad por haber sido la sede de los Juegos Olímpicos, que se celebraban cada cuatro años y tenían una importancia comparable a los Juegos Píticos que se celebraban en Delfos. Los primeros de los que se tiene constancia se celebraron en 776 a. C.

El santuario alcanzó también gran importancia desde la época arcaica, como lo demuestra la gran cantidad de exvotos hallados de este periodo además de la construcción del templo de Hera, el pritaneo, el buleuterio y varios tesoros.

En el periodo clásico se construyó el templo de Zeus, con su gigantesca estatua de oro y marfil de Zeus hecha por Fidias, la cual era considerada una de las Siete Maravillas del Mundo. Cerca del templo de Zeus, excavaciones arqueológicas han encontrado el taller de Fidias, con numerosas herramientas del escultor.

Las abundantes ofrendas y obras valiosas acumuladas en el templo llevaron a que fuera saqueado varias veces en la Antigüedad.


Reconstrucción de una de las fachadas del templo de Zeus en Olimpia.
Olimpia, frontón completo.
Plano de Olimpia (el ancho completo del plano representa 625 m). Los colores de los edificios representan distintos periodos: periodo arcaico, periodo clásico, periodo helenístico y periodo romano.