El presidente de la República de Chile es el jefe de Estado y de Gobierno del país, por ende, titular del poder ejecutivo. Como máxima autoridad política de la nación, designa o remueve a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas.[n 5] El actual mandatario es Gabriel Boric Font, quien asumió el cargo el 11 de marzo de 2022, dando inicio así a su gestión.
Le corresponde, como mandato genérico, el gobierno y la administración del Estado.[5] Si bien su papel y significación ha experimentado cambios a lo largo de la historia, al igual que su posición y relaciones con los demás actores de la organización política nacional, ha sido y es una de las figuras políticas más destacadas. Asimismo, es considerado una de las instituciones que conforman la «constitución histórica de Chile» y una de las claves de la estabilidad política del país.[6]
Salvo los períodos de interrupción institucional,[n 6] se ha desempeñado regularmente como jefe de Estado y de Gobierno en Chile. Ello fue modificado en la práctica, aunque no constitucionalmente, durante el período 1891-1924, cuando existió un régimen pseudoparlamentario[7] —también caracterizado como gobierno de partido bajo formas parlamentarias—,[8] bajo la vigencia de la Constitución Política de 1833, que redujo su papel al de jefe de Estado. El sistema presidencial, con ciertas peculiaridades, fue restablecido por la Constitución de 1925 y reforzado en la Constitución de 1980.
De acuerdo con la Constitución vigente, el presidente tiene el deber general de desempeñar fielmente su cargo, mantener la independencia de la nación y guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, tal como lo señala el juramento o promesa que presta al asumir sus funciones.
Durante la época colonial, los gobernadores designados por la Corona española fueron denominados «presidentes» debido a la función de presidir la Real Audiencia que tenían asignada, de acuerdo con las Leyes de Indias.[9] El primer presidente de Chile fue Melchor Bravo de Saravia, presidente de la Real Audiencia con sede en Concepción, desde 1568 hasta su disolución en 1575.[6][n 7]
En 1609 se restableció la Audiencia en Santiago, y con ella el oficio de presidente –con Alonso García de Ramón–. A partir de esa fecha, los gobernadores coloniales ocuparon el título oficial de presidente de la Real Audiencia, llamándose a sí mismos y siendo conocidos simplemente como presidentes de Chile –debido a la consideración de mayor «dignidad» del cargo de presidente de la Audiencia, el tribunal del rey por antonomasia, frente al de gobernador y capitán general que también ocupaba– denominación que fue retomada tras la independencia, con los presidentes de la República. Por lo anterior, se ha sostenido que durante más de cuatro siglos Chile ha tenido un presidente como jefe de Estado o de gobierno, exceptuándose la época de la independencia y los períodos de interrupción institucional del siglo XX.[6][n 6]