El Jordán (en hebreo נהר הירדן, Nehar HaYarden; en árabe: نهر الأردن, nahr al-Urdunn) es un río de 360 km de longitud total, que ocupa el sector asiático del Gran Valle del Rift, fractura tectónica que separa la placa africana de la placa arábiga. Nace en las montañas proximorientales del Antilíbano en las estribaciones septentrionales del monte Hermón (2814 m s. n. m.), desde donde fluye atravesando el sureste del Líbano hacia el sur, entrando en Israel y desembocando en la costa norteña del lago de Tiberíades o mar de Galilea. Desde este lago desagua cerca del kibutz Degania, en la costa meridional del mar, manteniendo su rumbo hacia el sur. En este trecho el Jordán se convierte en la frontera entre Jordania e Israel, y después entre Jordania y Palestina. Sigue un trazado muy ajustado a la vertical norte-sur en su recorrido.
A pesar de sus modestas dimensiones, el Jordán es el río más caudaloso y largo de Tierra Santa, junto con el Orontes. Fue, del mismo modo, escenario de muchos eventos bíblicos.
Jordán (Yarden, Urdunn) procedería de Yard|on que significa «el que fluye hacia abajo» en lenguas semíticas, porque pasa de una altura en su nacimiento de 520 m s. n. m. a una de 392 m bajo el nivel del mar cuando desemboca en el mar Muerto. Esta raíz aparece también en el nombre de otros ríos de la región como el Yarkon y el Yarmuk. Otra hipótesis lo hace derivar del préstamo egipcio yǝʾor, que significa Nilo en hebreo y que procedería del acadio yar-, yrw, yaru’u, Nilo, corriente, canal.[1]
El Jordán nace de la confluencia de tres ríos: el río Snir o río Hasbani, el río Dan y el río Banias; que se juntan a 5 km al sur de la frontera septentrional de Israel.[2] Todos ellos son de fluir permanente y relativamente estable, con escaso estiaje. La alimentación del Jordán es triple: por un lado, proviene de las precipitaciones, fundamentalmente de invierno, por otro, de las surgencias kársticas de los montes del Antilíbano, y, por último, de la fusión de las nieves del monte Hermón en primavera. El río ofrece así un máximo absoluto de esta última estación, y un máximo secundario invernal, mientras que padece un fuerte estiaje estival.
La característica principal del Jordán, sin embargo, es su progresivo aumento de salinidad conforme avanza en su curso hacia el mar Muerto. De hecho, penetra dulce en el lago Kineret o mar de Galilea, pero se saliniza a partir de allí hasta ingresar en el mar Muerto que, con un 380‰ de salinidad, es ocho veces más salino que los océanos.[3]