Una red de energía hidráulica es un sistema de tuberías interconectadas que transportan agua a presión, que sirve para transmitir potencia mecánica desde una fuente de energía, como una bomba hidráulica, a equipos como elevadores o motores hidráulicos. El sistema es análogo a una red eléctrica que transmite potencia desde una central a los usuarios finales.
Solo quedan unas pocas redes de transmisión de energía hidráulica todavía en uso, dado que la utilización de estas redes ha sido sustituida por el empleo de bombas eléctricas integradas en la maquinaría de los equipos hidráulicos modernos. A finales del siglo XIX, no eran infrecuentes las redes hidráulicas en las fábricas, con una máquina de vapor central o una turbina hidráulica impulsando una bomba y un sistema de tuberías de alta presión para transmitir energía a varias máquinas.
Joseph Bramah sugirió la idea de una red de energía hidráulica pública en una patente obtenida en 1812, y William Armstrong comenzó a instalar sistemas de este tipo en Inglaterra a partir de la década de 1840, utilizando agua a baja presión. En 1850 se produjo un gran avance con la introducción del acumulador hidráulico, que permitió disponer de presiones de trabajo mucho más altas. La primera red pública que abastecía a muchas empresas se construyó en Kingston upon Hull, Inglaterra. La "Hull Hydraulic Power Company" comenzó a operar en 1877, con Edward B. Ellington como su ingeniero jefe. Ellington estuvo involucrado en la mayoría de las redes británicas y en algunas de otros países. Se construyeron redes públicas en Gran Bretaña, en ciudades como Londres, Liverpool, Birmingham, Mánchester y Glasgow. Había redes similares en Amberes, Melbourne, Sídney, Buenos Aires y Ginebra. Todas las redes públicas habían dejado de funcionar a mediados de la década de 1970, pero el puerto de Bristol todavía tiene un sistema en funcionamiento con un acumulador situado fuera de la sala de bombas principal, lo que permite visualizar su funcionamiento fácilmente.
Joseph Bramah, un inventor y cerrajero que vivía en Londres, registró una patente el 29 de abril de 1812, que se refería principalmente a la provisión de una red pública de suministro de agua, pero que incluía un concepto secundario para la provisión de una red de agua de alta presión, lo que permitiría a los talleres operar maquinaria. El agua a alta presión se aplicaría "a una variedad de otros fines útiles, a los que nunca se había aplicado la misma". Los componentes más importantes del sistema eran un anillo principal de tuberías, en el que varias estaciones de bombeo impulsarían el agua, y la presión sería regulada por varios depósitos elevados o por grandes pistones cargados con peso. Válvulas de alivio de presión protegerían el sistema, que podría suministrar agua a "una gran pluralidad de atmósferas" de presión. De hecho, así fue como funcionaron los sistemas de energía hidráulica posteriores.[1]