Un silo (del griego σιρός - siros, "hoyo o agujero para conservar granos") es una construcción confeccionada para almacenar grano y otros materiales a granel. Forman parte de la etapa de acopio en la agricultura.
Los más habituales tienen forma cilíndrica, asemejándose a una torre. Pueden estar construidos en madera, hormigón armado o metal.
Actualmente el diseño original para la agricultura se ha adaptado a otros usos en la industria, utilizándose silos para depósito de materiales diversos, como el cemento, y también se han adaptado al área militar, empleándose silos para depósito y manejo de misiles.
Los restos arqueológicos encontrados y los textos del mundo antiguo muestran que ya se usaban silos en la Antigua Grecia, al menos desde el siglo VIII a. C.[1][2][3]
En la Antigua Roma, se llegaron a construir grandes silos (hoyos) excavados en el suelo, enlucidos con arcilla y quemados para endurecerla, donde se almacenaba preferentemente el grano tostado para su conservación a largo plazo.
El primer silo moderno, en madera y posición vertical y como depósito de granos, fue inventado y construido en 1873 por Fred Hatch del Condado de McHenry (Illinois) en EE. UU..[4][5]