El suicidio (del latín: suicidium)[a] es el acto por el que una persona se provoca la muerte de forma intencionada.[3] Por lo general es consecuencia de un sufrimiento psíquico y desesperación derivado o atribuible a circunstancias vitales como las dificultades financieras, los problemas en las relaciones interpersonales, soledad o el acoso psicológico.[4] Estas pueden llegar a dar forma a una patología psiquiátrica y ser catalogadas de trastornos mentales como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad,[5] el alcoholismo o el uso de drogas.[6] El indicador conocido más «importante» y factor de riesgo individual es el antecedente de un intento de suicidio no consumado.[7]
Los métodos de suicidio varían por país y están parcialmente relacionados con su disponibilidad. Los más comunes son el ahorcamiento, el envenenamiento con plaguicidas y la manipulación de armas de fuego. Esta fue la causa de muerte de 817 000 personas globalmente en 2016,[8] un aumento en comparación con las 712 000 muertes por esta razón en 1990.[9] Por lo anterior, el suicidio es la novena causa de muerte a nivel mundial,[6][10] elevándose a la segunda entre jóvenes de 10 a 29 años.[11] Es más común en hombres que en mujeres; los primeros tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de suicidarse que las últimas.[12][13][14] Se estima que cada año hay de diez a veinte millones de intentos de suicidio,[15] que cuando no son mortales pueden acarrear lesiones e incapacidades a largo plazo. Por su parte, los intentos no consumados son más comunes en hombres jóvenes y mujeres en general.[16]
Para prevenir el suicidio resulta efectivo abordar las causas y circunstancias a través de psicoterapia. Algunas medidas limitantes del momento inmediato y previo al acto suicida son limitar el acceso a los métodos –como armas de fuego, drogas y venenos–, o del abuso de sustancias. Se considera que una apropiada cobertura del tema por los medios de comunicación limita los intentos. Un abordaje dirigido hacia las raíces y causas del suicidio implica, entre otras vías, trabajar con la mejora de las condiciones económicas.[17][18] Aunque son comunes las líneas telefónicas de ayuda, no hay evidencia sobre su efectividad.[19] En la actualidad, están en marcha varios estudios de lingüística computacional que trabajan con algoritmos para detectar patrones en el lenguaje de la persona que planea un suicidio.[20]