El tejido cartilaginoso, o cartílago, es un tipo de tejido conectivo especializado, elástico, carente de vasos sanguíneos, formados principalmente por matriz extracelular y por células dispersas denominadas condrocitos.[1] La parte exterior del cartílago, llamada pericondrio, es la encargada de brindar el soporte vital a los condrocitos.
El cartílago se encuentra revistiendo articulaciones, en las uniones entre las costillas y el esternón, como refuerzo en la tráquea y bronquios, en el oído externo y en el tabique nasal. También se encuentra en embriones de vertebrados y peces cartilaginosos.
Los cartílagos sirven para acomodar las superficies de los cóndilos femorales a las cavidades glenoideas de la tibia, para amortiguar los golpes al caminar y los saltos, para prevenir el desgaste por rozamiento y, por lo tanto, para permitir los movimientos de la articulación. Es una estructura de soporte y da cierta movilidad a las articulaciones.[2]
Las células propias de este tejido se llaman condrocitos, los cuales provienen de los condroblastos presentes en el pericondrio. Poseen un retículo endoplasmático rugoso bien desarrollado y un aparato de Golgi grande, así como muchas vesículas, las cuales son indicios de su actividad secretora. Los filamentos intermedios, compuestos por vimentina aparecen en abundancia. A menudo las células contienen glucógeno y no con poca frecuencia también inclusiones lipídicas, en parte grandes.
El cartílago hialino se encuentra cubierto externamente por una membrana fibrosa llamada pericondrio, excepto en los extremos articulares de los huesos y también donde se encuentra directamente debajo de la piel, es decir, las orejas y la nariz. Esta membrana contiene vasos que le proporcionan nutrición al cartílago.
Si se observa una delgada capa bajo el microscopio, se encontrará que está formado por células con forma redondeada o sin puntas, en grupos de dos o más en una matriz biológica granular o casi homogénea. Al microscopio óptico no se observa red fibrilar en la matriz extracelular, sin embargo, al utilizar luz polarizada pueden visualizarse redes de fibrillas. Este efecto óptico es debido a que el índice de refracción de las fibrillas es similar al de la matriz en las que se encuentran inmersas.