En Magazine Wharf, uno de los barrios marginales más grandes de Freetown, el ébola golpeó duramente a las familias. Con chozas destartaladas, basura cubriendo las calles y condiciones de hacinamiento, la enfermedad se propagó fácilmente.
Muchos de los sobrevivientes aquí no solo sufrieron el trauma de perder a varios miembros de su familia, sino que también perdieron sus medios de subsistencia.
A los trabajadores del mercado que contrajeron el ébola a menudo se les destruyeron sus herramientas comerciales y sus propiedades: una medida necesaria pero devastadora para ayudar a controlar la enfermedad.
El impacto ha sido doble: perder su negocio cuando ha crecido la necesidad de mantener a la familia, y muchos asumen deberes de crianza adicionales para aquellos que perdieron a sus propios padres y madres.
Más allá de su negocio, los sobrevivientes también continúan sufriendo complicaciones de salud, como uveítis: un problema ocular potencialmente cegador que es particularmente común entre los sobrevivientes. Otros necesitan apoyo psicológico para sobrellevar el trauma.
El brote de ébola está llegando a su fin en Sierra Leona: el país será declarado libre de ébola el sábado 7 de noviembre.
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