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El borde del orificio debe alisarse en la llama Buusen. Cuando los tubos son de más de 30 mm. (1,2 pulgadas) de diámetro, el borde debe ensancharse para que un trozo de vejiga se pueda atar fácilmente sobre la abertura.

Los corchos deben seleccionarse del mejor stock, deben ser lo más compactos posible y no deben tener grietas u otros defectos. Deben tener forma cilíndrica, de modo que hagan una buena unión con los lados del tubo. Los extremos deben ser planos, con bordes limpios y cortados, para que no entren fragmentos en el alcohol. Con tubos grandes es conveniente poner un tapón de algodón dentro del tubo junto al corcho, ya que el alcohol extrae el ácido tánico del corcho y lo tiñe de marrón.

Para conservar animales pequeños y delicados, como huevos y larvas, es bueno colocar el pequeño tubo que contiene los objetos en alcohol, cerrado con un tapón de algodón, dentro de un recipiente más grande, que también se llena con alcohol. Este tratamiento previene el peligro de evaporación y minimiza la posibilidad de rotura. Hay que ver, sin embargo, que el algodón no contenga ácidos y no manche el alcohol. El algodón absorbente es el más adecuado, por supuesto, pero la mejor calidad del algodón ordinario responderá a todos los propósitos.

Para objetos grandes y planos, como Asterids, Pleuronectids y similares, se recomiendan frascos rectangulares con lados planos. Estos frascos están hechos para cerrarse con una placa de vidrio, cementada. Generalmente se utiliza cemento de gutapercha. Dichos receptáculos tienen la gran ventaja de que no distorsionan la visión del objeto dentro de ellos. Para las formas delicadas, que son largas y rígidas, como Funiculina, se utiliza un tubo de vidrio de tamaño adecuado, cortado a la longitud adecuada, estando cerrado un extremo en la llama Bunsen y el otro con un corcho.

Para manipulaciones preliminares se hace mucho uso de cristalizadores de vidrio con bases planas y lados perpendiculares, en los que se pueden colocar muchos especímenes en poco líquido sin tocarse o interferir entre sí. Son especialmente ventajosos para mantener vivos a los animales en el agua de mar, dejándolos descansar hasta que estén completamente distendidos; para matar por diferentes métodos, ya sea lento o rápido, y para endurecer objetos en diferentes soluciones hasta que sean transferidos a recipientes permanentes. Estos platos de cristalización tienen bordes esmerilados para que puedan cubrirse herméticamente con discos de vidrio, cuando se desee. Para endurecer gusanos y otros animales alargados se pueden usar recipientes rectangulares largos cubiertos con una hoja de vidrio, o las bandejas de zinc que se describirán más adelante.

También es necesario disponer de una serie de vasos de precipitados ordinarios (o jarras de batería) de diferentes tamaños, que sirven para la conservación de animales vivos, tubos para la recepción de animales pequeños, pipetas para la extracción de formas diminutas de jarras de agua, vidrio varillas, frascos de reactivos, cilindros graduados, etc.