Archivo:El libro de poesía y canciones de Cambridge (1882) (14780320915).jpg


Identificador : cambridgebookofp00rog ( buscar coincidencias )
Título : El libro de poesía y canciones de Cambridge
Año : 1882 ( 1880s )
Autores : Rogé, Mme. Charlotte Fiske (Bates) 1838- ed. (del catálogo anterior)
Temas : Poesía inglesa Poesía estadounidense
Editorial : New York, TY Crowell & co
Biblioteca colaboradora : Biblioteca del Congreso
Patrocinador de digitalización : Fundación Sloan

Ver página del libro : Visor de libros
Acerca de este libro : Entrada de catálogo
Ver todas las imágenes : Todas las imágenes del libro
Haga clic aquí para ver el libro en línea para ver esta ilustración en contexto en una versión en línea navegable de este libro.

Texto que aparece antes de la imagen:
hasta el borde cubierto de musgo para recibirlo, mientras, suspendido en el bordillo, se inclinaba hacia mis labios. Ni una copa llena y sonrojada podría tentarme a dejarlo. La lágrima de arrepentimiento se hinchará intrusivamente. Mientras la fantasía vuelve a la plantación de mi padre. ! Guillermo Wordsworth. (De Lines Compnued a pocas millas de la abadía de AboveTinteni.) EL CONSUELO DE LA NATURALEZA. Aunque estuvieron ausentes durante mucho tiempo, estas formas de belleza no han sido para mí como lo es un paisaje para el ojo de un hombre ciego: pero a menudo, en habitaciones solitarias y en medio del estruendo de los pueblos y ciudades, les he debido. En horas de cansancio, sensaciones dulces. Sentidas en la sangre, y sentidas a lo largo del corazón; Y llegando incluso a mi mente más pura. Con restauración tranquila: sentimientos demasiado De placer no recordado; tal, quizás. Como puede no haber tenido una influencia trivial en la mejor parte de la vida de un buen hombre.
Texto que aparece después de la imagen:
LA VIEJA Página 666. WORDSWORTH. Sus pequeños, anónimos, no recordados actos de bondad y amor. No menos, confío, a ellos les debo otro regalo, de aspecto más sublime; ese estado de ánimo bendito, en el que se aligera la carga del misterio. En el que se aligera el peso pesado y fatigoso de todo este mundo ininteligible; ese estado de ánimo sereno y bendito, en el que los afectos nos conducen dulcemente, —hasta que, el soplo de esta estructura corpórea, • y hasta el movimiento de nuestra sangre humana. Mientras que con un ojo aquietado por el poder de la armonía y el profundo poder de la alegría, vemos en la vida de las cosas. He aprendido a mirar la naturaleza, no como en la hora de la juventud irreflexiva; pero escuchando muchas veces La música tranquila y triste de la humanidad. No áspero ni irritante, aunque de amplio poder para castigar y someter.

Nota sobre las imágenes