La agonía de la estrella ha culminado en una maravillosa nebulosa planetaria conocida como NGC 6565, una nube de gas que fue expulsada de la estrella después de que fuertes vientos estelares empujaran las capas exteriores de la estrella hacia el espacio. Una vez que se expulsó suficiente material, el núcleo luminoso de la estrella quedó expuesto y comenzó a producir radiación ultravioleta, excitando el gas circundante en diversos grados y provocando que irradie en una atractiva variedad de colores. Estos mismos colores se pueden ver en la famosa e impresionante Nebulosa del Anillo (heic1310), un ejemplo destacado de una nebulosa como esta.
Las nebulosas planetarias se iluminan durante unos 10 000 años antes de que la estrella central comience a enfriarse y encogerse hasta convertirse en una enana blanca. Cuando esto sucede, la luz de la estrella disminuye drásticamente y deja de excitar el gas circundante, por lo que la nebulosa desaparece de la vista.
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