Archivo:Joven sistema estelar atrapado en el acto de formar múltiplos cercanos.jpg


Las estrellas se forman en nubes cósmicas de gas y polvo, cuando el material delgado de las nubes colapsa gravitacionalmente en núcleos más densos que a su vez atraen material adicional hacia el interior. El material que cae forma un disco giratorio alrededor de la estrella joven y se consume lentamente. Finalmente, la joven estrella reúne suficiente masa para crear las temperaturas y presiones necesarias en su centro para desencadenar la fusión nuclear.

Las estrellas que no tienen compañera, como el Sol, no son tan comunes como alguna vez pensábamos. De hecho, casi la mitad de las estrellas de nuestra galaxia tienen al menos una compañera, ¡y algunas son aún más sociables! Estudios anteriores han indicado que las estrellas en sistemas múltiples tienden a estar relativamente cerca unas de otras, dentro de unas 500 veces la distancia Tierra-Sol (conocida como Unidad Astronómica o UA), o significativamente más separadas, a más de 1000 UA.

Dadas estas distancias tremendamente diferentes, los científicos concluyeron que había dos mecanismos principales que producían sistemas estelares múltiples: o la nube original colapsaba de manera inestable y se fragmentaba, cada fragmento subsiguiente se arrugaba para formar una nueva estrella, o el disco giratorio alrededor de una estrella existente se fragmentaba, con la mismo resultado. Es probable que se formaran sistemas con separaciones más grandes a través del primer proceso (como han sugerido estudios observacionales recientes) y familias estelares más unidas a través del segundo (aunque hubo evidencia limitada de este proceso).

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