Compañía de hierro de Antrim


La Antrim Iron Company fue una fábrica de hierro que operó en Mancelona, ​​Michigan de 1886 a 1945. El sitio de la fábrica de hierro estaba al sur de Mancelona, ​​entre la ruta estadounidense 131 y las vías del tren.

En 1882, una organización con el nombre de "John Otis & Company" construyó un gran horno de carbón en el sitio. La compañía también planificó una ciudad alrededor del horno, nombrándola "Furnaceville". Poco después de esto, el ferrocarril de Grand Rapids e Indiana construyó una estación en la ciudad. El horno floreció y, en 1886, un grupo de empresarios de Grand Rapids compró la empresa y renombró la empresa Antrim Iron Works y la ciudad Antrim. Se construyó un gran horno alto y una fábrica de hierro en el sitio, y la nueva empresa comenzó a operar.

Al comienzo de la corporación, la madera se transportaba desde varios campamentos madereros alrededor del norte de Michigan para ser recolectada para productos de hierro en la planta. Después de muchos años de comprar material para crear el hierro, la empresa decidió obtener su propia madera y construyó un pequeño ramal de ferrocarril (llamado Mancelona North West Railroad) que se dirigía a 2 millas al oeste del sitio de la empresa. Con esta línea de derivación, la empresa extrajo su propia madera y la transportó en su propio ferrocarril, demostrando ser bastante autosuficiente. Esto duró hasta la década de 1920, cuando se acabó la madera y se desarrollaron otras formas de obtener el hierro.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa estuvo muy ocupada. Con la gran necesidad de materiales para el esfuerzo de guerra, la fábrica trabajaba las veinticuatro horas del día tratando de producir suficientes productos para los pedidos que recibían. Esto se mantuvo así durante la mayor parte de la guerra.

Después de que terminó la guerra, la empresa se desaceleró rápidamente y cerró en 1945. La fábrica estuvo abandonada durante más de cuarenta años, hasta que fue demolida a mediados de la década de 1980. Hoy en día, todo lo que queda del antiguo horno consiste en algunos cimientos, una pequeña dependencia y un antiguo apartadero de ferrocarril. La empresa arrojó sus desechos en un estanque detrás del edificio, lo que años más tarde provocó la contaminación del agua en la ciudad. El estanque, llamado "lago de alquitrán", se limpió a mediados o finales de la década de 1990.