La batalla por la tierra , iniciada en 1928 en Italia por Benito Mussolini , tenía como objetivo limpiar las marismas y hacerlas aptas para la agricultura, así como recuperar tierras y reducir los riesgos para la salud.
Objetivos
- Aumentar la cantidad de tierra disponible para la producción de cereales y ayudar a la batalla por el grano .
- Proporcionar más puestos de trabajo, reducir el desempleo y estimular la demanda.
- Mejorar la salud mediante la reducción de la malaria, mejorando así los niveles de vida.
- Mostrar un gobierno dinámico en acción, impresionando a los extranjeros.
- Revivir la Italia rural alterando el patrón de los pequeños agricultores a expensas de las grandes propiedades.
Comportamiento
- Se ampliaron los esquemas del gobierno anterior de proporcionar dinero para drenar o regar las tierras agrícolas (leyes aprobadas en 1923, 1928 y 1933).
- Las marismas Pontinas, a sólo 50 km de Roma y, por tanto, de fácil acceso para los periodistas extranjeros, fueron la obra maestra; en 1935 proporcionaron tierras para el asentamiento.
- Se drenaron los pantanos de malaria y se estableció una red de pequeñas granjas, propiedad de ex militares.
- Se obligó a los propietarios privados a cooperar con los esquemas de drenaje y otros proyectos a través de la asociación de terratenientes, que determinaba las contribuciones. [1]
- La propaganda fascista enfatizó la necesidad de reactivar las áreas rurales y construir un campesinado fuerte. La propaganda generalmente retrata a los campesinos como ciudadanos ideales con fuertes valores fascistas.
- Abolición del trabajo diurno y de corta duración. Se negociaron contratos colectivos que aseguraron el empleo a largo plazo en la agricultura (esto alentó la reubicación al campo, particularmente en el sur). [2]
Éxitos
Fracasos
- Las 80.000 hectáreas recuperadas eran sólo una vigésima parte de la demanda de propaganda, que era una sexta parte de la tierra de Italia.
- Tres cuartas partes de la tierra recuperada estaban en el norte; el Sur, que era el que más necesitaba mejoras, fue desatendido en gran medida.
- A los terratenientes del sur que no pudieron hacer contribuciones suficientes en términos de finanzas, acciones o empleo se les expropió la tierra, aunque en raras ocasiones. [3]
- El régimen fascista no logró nada en lo que respecta a la redistribución de la tierra, lo que, en cualquier caso, era incompatible con el impulso central de la batalla por el grano de alto perfil.
- El esquema fue abandonado en 1940.
Conclusión
La batalla por la tierra fue, nuevamente, más estilo que sustancia. La propaganda amplió la realidad de la cantidad de tierra recuperada: apenas 80.000 hectáreas en comparación con la reclamación de 1.600.000 hectáreas. Tuvo éxito en la mejora de la salud pública y tuvo un gran impacto en el empleo que no debía subestimarse dada la depresión. Sin embargo, la agricultura no recibió un impulso especial: los beneficiarios en gran parte fueron los terratenientes que pudieron hacer las mayores contribuciones, y el número algo pequeño de familias campesinas se trasladó a las ciudades emblemáticas. Sin embargo, su valor publicitario y su papel en el apoyo a la Batalla por el grano no deben subestimarse.
Referencias
- "La Italia fascista" de John Hite y Chris Hinton
- "Italia: El ascenso del fascismo 1915-1945" por Mark Robson