Al menos en la primera mitad del siglo XX, los bigordanos mantuvieron una identidad étnica y cultural separada de otros franceses. Se mostraron muy inflexibles al reclamar diferencias con los Béarnais vecinos . Sin embargo, a principios del siglo XX, los manantiales y baños de Bigorre atraían a muchos visitantes de otras partes de Francia, y la singularidad étnica local estaba amenazada.
En la edición de 1984 de la Britannica , los bigordanos todavía se muestran como un grupo étnico separado en el mapa "Áreas de cultura étnica europea primaria". Sin embargo, este mismo mapa todavía muestra Silesia y Prusia Oriental habitadas por alemanes, así como los Sudetes . Dado que estas áreas tuvieron deportaciones masivas de su población alemana después de la Segunda Guerra Mundial , es evidente que el mapa no refleja la realidad de las concentraciones étnicas en Europa para ningún año después de 1945.