Enfermedad de Blocq


La enfermedad de Blocq fue considerada por primera vez por Paul Blocq (1860-1896), [1] quien describió este fenómeno como la pérdida de memoria de movimientos especializados que causa la incapacidad de mantener una postura erguida, a pesar del funcionamiento normal de las piernas en la cama. El paciente puede ponerse de pie, pero tan pronto como los pies están en el suelo, el paciente no puede mantenerse erguido ni caminar; sin embargo, al estar acostado, el sujeto conservaba la integridad de la fuerza muscular y la precisión de los movimientos de los miembros inferiores. La motivación de este estudio surgió cuando un compañero de estudios Georges Marinesco (1864) y Paul publicaron un caso de temblor parkinsoniano (1893) debido a un tumor localizado en la sustancia negra. [1]

En el tercer artículo publicado por Paul Blocq, estaba tratando de determinar la neurofisiología detrás de esta enfermedad relacionando la corteza cerebral (la toma de decisiones) y la médula espinal (el ejecutor de decisiones). Su hipótesis era que existiría una influencia inhibidora que ejercía e influía en los centros corticales o espinales para estar de pie y caminar.

Uno de los temas que más preocupan a los neurobiólogos está relacionado con la capacidad de aprender y retener las habilidades motoras controladas por la corteza motora primaria . A través de la literatura, han descubierto que las neuronas de la corteza motora primaria pueden controlar la adquisición y retención de habilidades. Una de las habilidades de la corteza motora que permite este control es la plasticidad que se produce debido a la experiencia cotidiana de repetición de movimientos. Un sustrato común de plasticidad es el sistema interno de conexiones que se ubican alrededor de estas regiones, creando mapas motores. [2]

Tractos vestibuloespinales: la importancia está involucrada en el control de los ajustes posturales y los movimientos de la cabeza, así como en el mantenimiento del equilibrio. Cualquier movimiento del cuerpo es detectado por las neuronas sensoriales vestibulares, y el motor sensorial responde contrarrestando los movimientos a través de los tractos vestibuloespinales y ejerciendo acción sobre un grupo de músculos en todo el cuerpo. El tracto vestibuloespinal lateral excita los músculos antigravedad para ejercer control sobre los cambios posturales necesarios para compensar las inclinaciones y movimientos del cuerpo. El tracto vestibuloespinal medial inerva los músculos del cuello para estabilizar la posición de la cabeza mientras uno se mueve alrededor del mundo. [3]

Tractos reticuloespinales: sirve como conector para el sistema corticoespinal mediante el cual las neuronas corticales pueden controlar la función motora. Estos tractos regulan la sensibilidad de las respuestas flexoras para garantizar que solo los estímulos nocivos provoquen las respuestas. La formación reticular también contiene circuitos para muchas acciones complejas, como orientar, estirar y mantener una postura compleja. Los comandos que inician circuitos locomotores en la médula espinal también se transmiten a través del tracto reticuloespinal medular. Por lo tanto, los tractos reticuloespinales están involucrados en muchos aspectos del control motor, incluida la integración de la entrada sensorial para guiar la salida motora. [4]


Imagen del cerebro
Región de la corteza motora involucrada en la retención del aprendizaje.