Durante su historia política independiente, Brasil ha tenido siete constituciones. La más reciente fue ratificada el 5 de octubre de 1988.
Antes de su independencia el 7 de septiembre de 1822, Brasil no tenía una Constitución formal, ya que Portugal solo adoptó su primera Constitución el 23 de septiembre de 1822, 16 días después de que Brasil proclamara la independencia. [1] En 1823, el emperador Pedro I inició el proceso político de redacción de una Constitución.
La elaboración de la primera Constitución de Brasil fue bastante difícil y la lucha por el poder involucrada resultó en un malestar duradero que asoló al país durante casi dos décadas. Dos hechos importantes aumentaron los problemas:
La primera circunstancia significó que a pesar del fuerte apoyo del príncipe heredero Pedro I por parte de los terratenientes brasileños (el llamado "Partido Brasileño"), las opiniones de los reinóis (nombre que entonces se daba a los inmigrantes recién llegados de Portugal) debían tenerse en cuenta. Como cada parte tenía objetivos muy distintos y diferentes, ninguno podía prevalecer y se necesitaba un compromiso.
También había problemas adicionales: la Asamblea Constitucional había sido elegida para decidir la aplicabilidad de las leyes portuguesas en Brasil, no para redactar una nueva constitución. Como resultado, algunos de los diputados portugueses se negaron a participar. Por otro lado, los diputados liberales brasileños habían sido perseguidos: algunos fueron exiliados y otros encarcelados. Así, la Asamblea Constituyente no escuchó un número apreciable de opiniones y reflejaría los objetivos del "Partido Brasileño", en detrimento del "Partido Portugués" y de los liberales.
A medida que avanzaba el proyecto de constitución, quedó claro que los diputados estaban tratando de establecer una constitución que: