Edward Cahill (pianista)


Edward Cahill (nacido en 1885 en Beenleigh, Queensland - muerto en 1975 en Mónaco ) fue un concertista de piano australiano . [1] Muy respetado y ampliamente viajado en su época, su nombre ha caído en el olvido desde entonces. El autor Michael Moran , su sobrino nieto, ha escrito una biografía de Cahill, titulada The Pocket Paderewski: The Beguiling Life of the Australian Concert Pianist Edward Cahill (Australian Scholarly Publishing Melbourne 2016).

El glamoroso concertista de piano Edward Cahill (1885-1975) saltó a la fama desde sus humildes comienzos en el entorno desfavorable del Queensland rural del siglo XIX. En un momento en que los concertistas australianos eran relativamente desconocidos en Europa, deslumbró los salones de la realeza, el patrocinio aristocrático y los privilegios en Londres, París y la Riviera francesa durante las brillantes décadas de 1920 y 1930.

Su bautismo de fuego en el cine mudo ambulante del interior, el music hall y el vodevil fue una base sorprendente para un concertista de piano. Sin embargo, se convirtió en protegido de Dame Nellie Melba y tocó para Kings en el sudeste asiático y Maharajahs en India. Cahill actuó para la reina María en Londres y para el duque y la duquesa de Windsor en París. Invitado a clases por el visionario pianista Alfred Cortot, fue conocido por el gran director de orquesta Wilhelm Furtwängler, el pianista y estadista Ignacy Paderewski y el compositor Percy Grainger. En Londres, Cahill dio algunos de los primeros recitales en el renacimiento moderno del clavicémbalo.

Sus giras de conciertos por la Alemania nazi rompieron trágicamente un intenso romance y una asociación musical con la hermosa violinista judía austriaca Sabine Adler. Después de pasar los años de la guerra en Suiza dando conciertos benéficos para las tropas internadas, tomó una posición valiente contra el apartheid como residente de Sudáfrica y pasó sus años de decadencia en Mónaco.

La búsqueda del enigma del 'tío Eddie' ha sido una rica búsqueda familiar. Como músico, me fascinaba esta figura carismática, la leyenda que holgazaneaba en las sombras de la memoria heredada. Con el telón de fondo dramático de la época, esta biografía histórica es un retrato de las prodigiosas dotes musicales, el encanto contagioso y la determinación inquebrantable que transportaron al pianista Edward Cahill del aislamiento pastoral al brillante estrellato europeo.