Las Primeras Naciones y la diabetes


Hay altas tasas de diabetes en las personas de las Primeras Naciones en comparación con la población canadiense en general. Las estadísticas de 2011 mostraron que el 17,2 % de las personas de las Primeras Naciones que vivían en reservas tenían diabetes tipo 2. [1]

Los factores que contribuyen a la alta prevalencia de diabetes tipo 2 entre las Primeras Naciones y la población en general incluyen una combinación de factores ambientales (estilo de vida, dieta, pobreza) y genéticos y biológicos (p. ej ., hipótesis del genotipo ahorrativo , fenotipo ahorrativo ). [2] No está claro en qué medida cada factor juega un papel. [3]

Las tasas de obesidad y diabetes tipo 2 en las comunidades de las Primeras Naciones no existían hace 20 años, pero aumentaron considerablemente. [4] Las tasas estandarizadas por edad de DT2 muestran una prevalencia del 17,2 % de diabetes tipo 2 entre las personas de las Primeras Naciones que viven en reservas, en comparación con el 5,0 % en la población no aborigen; [1]

Las estadísticas indican que la tasa de prevalencia de diabetes tipo 2 en las personas de las Primeras Naciones es de 3 a 5 veces mayor que la población canadiense en general. [5] Además de tener una tasa más alta de diabetes tipo 2 que la población general, también hay diferencias en el patrón de la enfermedad en los pacientes con diabetes tipo 2 de las Primeras Naciones en comparación con la población general, especialmente en términos de edad de inicio y diabetes gestacional. . [6]

La diabetes en las primeras naciones se ha convertido cada vez más en una enfermedad de la población más joven, que experimenta una alta carga de enfermedad, complicaciones relacionadas con la diabetes y comorbilidad. Para ilustrar, en la población general, la diabetes tipo 2 es una enfermedad asociada a la vejez: los nuevos casos de diabetes alcanzaron su punto máximo en las personas de las Primeras Naciones entre las edades de 40 y 49 en comparación con un pico de personas de 70 años o más que no pertenecen a las Primeras Naciones. [7]

Este inicio más temprano de la enfermedad en la población de las Primeras Naciones tiene serias implicaciones para la salud de las mujeres, especialmente durante sus años de vida reproductiva: aumenta la posibilidad de que sus hijos desarrollen diabetes, lo que contribuye a la prevalencia e incidencia de la diabetes en las generaciones futuras.