La Colección Folch fue conocida durante el período 1960-1980 como una de las mejores colecciones privadas de minerales del mundo. Fue famoso por su tamaño (más de 15.000 ejemplares), la calidad de las piezas, la gran cantidad de ejemplares clásicos, que ahora son casi imposibles de conseguir, y el estilo de la colección, sorprendentemente 'moderno'. D. Joaquín Folch i Girona coleccionaba en una época en la que el estilo de la mayoría de los coleccionistas de minerales en Europa consistía en recoger grandes ejemplares de minerales raros, y en los que la estética y la perfección no eran tan importantes.
De hecho, tendía a recolectar especímenes más pequeños que fueran estéticos y, cuando fuera posible, libres de daños. A la muerte del Sr. Folch, en 1984, la colección pasó a su hijo Alberto, y al fallecer éste a su nieto Joaquín Folch, quien sabiamente decidió conservar la colección tal y como la tenía su abuelo (incluidas las vitrinas). De modo que la colección se mantuvo unida y no se ha perdido su gran valor histórico.
En 2005, la familia Folch tuvo la idea de actualizar la colección para incluir material más moderno. Desde 1984, no se ha agregado nada nuevo y se ha desarrollado una brecha significativa de los minerales encontrados desde entonces.
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