José de Jesús Angulo del Valle y Navarro (24 de junio de 1888-19 de septiembre de 1966) fue un obispo católico mexicano .
Ordenado sacerdote el 19 de noviembre de 1916, Angulo del Valle y Navarro fue nombrado obispo de la Diócesis Católica Romana de Tabasco , México en 1945 y murió en 1966 mientras aún estaba en el cargo. [1]
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En cuanto a la "Historia de la construcción del Templo del Sagrado Corazón de Jesús" algunas personas se han acercado para preguntar quién fue este personaje que jugó un papel tan importante en la reanudación de las obras y la imagen definitiva de ese majestuoso santuario de los Apaseoaltenses. He aquí una breve reseña de su vida y obra.
Monseñor José de Jesús Angulo y Navarro, más conocido como José del Valle, nació el 24 de junio de 1888 en la Hacienda del Valle, en los Altos de Jalisco. Hijo de Don Marciano Angulo y Ramona Navarro, dueños de la Hacienda, ubicada dentro de la jurisdicción de Atotonilco, corazón de los Altos de Jalisco.
Realizó sus primeros estudios en Atotonilco, destacándose como alumno de alto rendimiento, en virtud de lo cual sus padres lo inscribieron en el Seminario de San Juan de los Lagos donde terminó sus estudios de Humanidades y el 18 de octubre de 1905 ingresó al Conciliar. Seminario de Guadalajara para culminar con sus estudios de Filosofía y Sagrada Teología. El Miércoles Santo 19 de marzo de 1913 recibió la tonsura de manos de don Francisco Orozco y Jiménez, Obispo de Guadalajara.
En 1914 pidió permiso a sus tíos para construir un Oratorio en el terreno de sus padres: La Estanzuela. Una vez obtenida la autorización de la Sagrada Mitra, en mayo de ese año se empezó a construir y a finales de julio el Sr. Cura Jiménez fue a colocar la piedra angular. En septiembre de 1914 se completó el Oratorio y el 6 de octubre se entregó la Dedicación del mismo en manos del P. Donaciano Ruvalcaba. Así nació lo que luego sería la Vicaría y ahora la Parroquia de San Francisco de Asís.
En medio del carrancismo, con muchas amarguras para la iglesia, pasó el resto del año 1914, 1915 y parte de 1916 enseñando la doctrina a los niños de La Estanzuela y ranchos aledaños, teniendo como centro de operaciones El Refugio, antiguamente llamado Mariche donde habían nacido sus padres.
Durante los últimos días de octubre de 1916 fue llamado a Guadalajara para realizar sus ejercicios espirituales previos a su ordenación sacerdotal. El 1 de noviembre recibió las cuatro órdenes menores en la Iglesia del Pilar; el domingo 5 de la misma recibió el subdiaconado; el domingo 12 el diaconado y el domingo 19 fue ordenado sacerdote en la Capilla de la Trinidad de la ciudad de Guadalajara.
Monseñor José del Valle |
El 21 de noviembre se le notificó la fecha para cantar su primera misa y se le informó que entre otras razones, como le gustaba mucho la equitación, sería designado para ir a Totatiche. En aquellos días compró una estatuilla del Señor San José y la llevó a La Estanzuela donde él mismo había hecho un Oratorio donde el 28 de noviembre cantó solemnemente su primera misa. El 29 de noviembre de 1916 recibió su primera misión: trasladarse a Totatiche como Vicario y Profesor del pequeño Seminario que allí estaba. Solo unos meses estuvo en su primer asiento como sacerdote. Con la idea clavada en su corazón de hacer de La Estanzuela un Vicariato Fijo, inició los trámites para convertirla a esa categoría. A principios de 1917, el P. José de Jesús Angulo y Navarro fue nombrado Capellán de La Estanzuela. El 25 de diciembre se autorizó la creación de la nueva vicaría y el 26 de diciembre de 1917 el Obispo de Guadalajara firmó el Decreto de Vicariato Fijo donde se ubicaba La Estanzuela, pero a propuesta del hasta entonces Capellán, esa antigua comunidad sería San Francisco de Asís y a cuestas de un gran compromiso: construir una gran iglesia, orgullo de todos los feligreses. El joven sacerdote José de Jesús Angulo no había desperdiciado un solo minuto en realizar su sueño, pues el 25 de diciembre, una vez conocida la autorización del Obispo, montó su caballo Alazán y viajó con quienes iban a ser los donantes del terreno para construir. la gran obra material de la parroquia: el Templo de San Francisco de Asís. Sin dinero, pero con una voluntad fuerte y un carisma insólito, el padre José de Jesús Angulo y Navarro organizó a los vecinos para que proporcionaran todo tipo de tareas para la construcción del templo, que encabezó Jerónimo Gutiérrez, originario de las inmediaciones de La Estanzuela, fue el arquitecto, maestro y albacea de la iglesia parroquial. Además del hermoso templo, el padre José de Jesús Angulo y Navarro heredó dos escuelas de su comunidad, una para niñas y otra para niños; el Curato, un carro para el párroco, una planta de luz, caminos a las rancherías y 6000 personas con fe ciega en su religión. La Revolución Cristera 1926-1929 La transfiguración de José de Jesús Angulo y Navarro a José del Valle Durante el gobierno de Don Venustiano Carranza hubo grandes diferencias entre el clero y sus disposiciones constitucionales de los artículos 3 y 130, cuyo desprecio les valió el exilio a varios obispos y la reducción de ministros dedicados al culto. Después de una diferencia tras otra entre el clero y el Estado, el 7 de enero de 1926 Plutarco Elías Calles solicitó y obtuvo de las Cámaras facultades extraordinarias para reformar el Código Penal en materia religiosa. A partir del 22 de febrero de 1926, las escuelas y seminarios habían comenzado a cerrar y para abril de 1926 ya se habían expulsado 200 sacerdotes españoles. El 14 de junio del mismo año, Calles autorizó la publicación del Código Penal, conocido como "Ley Calles" o 515, que desató un conflicto entre ambas entidades que pasó a conocerse como: "La Guerra Cristera o la Cristiada" Al grito de ¡Viva Cristo Rey! Se reunieron las personas más cercanas a la iglesia y fue precisamente en San Francisco de Asís donde partieron las primeras huestes revolucionarias, autodenominadas Soldados de Cristo.
Obispo José de Jesús Angulo y Navarro |
En junio de 1926, el padre José de Jesús Angulo y Navarro fue a dedicar definitivamente la advocación al Templo de San Francisco de Asís y el 27 después de la Santa Misa entregó la bendición a quienes habían decidido formar el ejército de defensa de su libertad religiosa. . La región de Altos de Jalisco, Tepatitlán, Zapotlanejo, Juanacatlán, Tototlán, Atotonilco y Hacienda del Valle fueron áreas de feroz persecución contra sacerdotes y personas cercanas a la iglesia. Debido a la persecución del clero y al estar el padre Angulo y Navarro en el centro del torbellino, decidió cambiar su nombre para evitar ser aprehendido, desde entonces se nombró a sí mismo “José del Valle”, nombre con el que se le conocía. en Abasolo, Santo Tomás Huatzindeo, Apaseo el Alto, Tabasco, Tlalpujahuilla y toda la región. Por su seguridad personal y dada su cercanía a los líderes de la Cristiada, Don José del Valle fue comisionado a la Parroquia de Abasolo, Guanajuato, donde se encontraba oficiando los sacramentos de la Iglesia Católica en los pueblos aledaños, protegido por personas del lugar. En 1928 el Padre José del Valle era director espiritual en la Parroquia de San Francisco de Asís y cuando sus feligreses estaban todos alegres, recibió noticias que lo llenarían de alegría y compromisos espirituales: los Arzobispos de México Don José Mora y del Río; de Guadalajara Don Francisco Orozco y Jiménez y de Morelia Don Leopoldo Ruiz y Flores lo nombraron Padre Misionero, cargo que tuvo que enfrentar en plena persecución religiosa. Entre 1929 y 1935, el Padre José del Valle recorrió varios estados en su obra de evangelización, así como realizó su apostolado en los estados de Michoacán (Mil Cumbres), Guanajuato (Abasolo, Santo Tomás Huatzindeo) y Nuevo León. En la madrugada de 1936, el padre José del Valle viajó por los pueblos de Tlalpujahua, Tlacotepec, San Francisco de los Reyes y Santa María de los Ángeles, Mich., Realizando su labor como misionero espiritual de los pobladores y cuando interpretó el último de las Aldeas en su misión evangelizadora, Tlalpujahuilla, hubo una comunión entre vecinos y sacerdote que los uniría y que se perpetuará a lo largo de los años y quizás siglos. El Padre Misionero José del Valle recorrió toda la demarcación a lomos de briosos caballos, entre pinos, magueyes, arroyos y montañas y tal vez con el paso de los días fue forjando la que sería otra de sus colosales obras: el Santuario de la Virgen. de San Juan de los Lagos en Tlalpujahuilla. Durante su obra misional, comentó al pueblo la necesidad de construir un templo que honrara dignamente al Señor, pero que para tal aventura requería la participación del pueblo. Convocados a una primera reunión, los pobladores le informaron de la pobreza de los habitantes, la falta de recursos disponibles, pero que estaban dispuestos y que podía contar con la participación de todas las familias. Fueron hechos juntos; Se otorgaron diferentes nombramientos, entre los que se encontraba el señor Gregorio Mendoza quien, dada su capacidad para trabajar la cantera, sería el artífice del proyecto y maestro de los jóvenes aprendices. Inicialmente se demolió la antigua capilla y el 1 de julio de 1936 el padre José del Valle señaló y bendijo el terreno donde se construiría el Santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos. Organizados en tripulaciones y por tareas, se hicieron las fundaciones; con picos, palas, carretillas y botes, los hombres parecían ejércitos de hormigas trabajando incansablemente; También se sumaron al proyecto empleados de la minera Las Dos Estrellas. Transcurridos dos años, siete meses y diecisiete días desde el 1 de junio de 1936, fecha en que se inició la fundación del templo, el 17 de enero de 1939 Don José del Valle pronunció un elocuente discurso en el que afirmó: "Esta fecha se mantendrá en la historia de Tlalpujahuilla, como el día memorable del inicio de las obras del Santuario de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos "para lo cual convocó a toda la comunidad y a Don Francisco Piedad Martínez para que en nombre de la población se eche la primera piedra. Durante su construcción, hubo hechos que algunos mencionan como milagrosos, como la aparición en el borde de los cimientos, de un manantial que parece inagotable y que desde su descubrimiento hasta la fecha se conoce como "El Posito de la Virgen". En febrero de 1943, el padre José del Valle recibió el nombramiento de Administrador Apostólico para gobernar la Diócesis de Villahermosa, Tabasco, una tierra que aún sufría los estragos de un personaje que se había convertido en uno de los mayores enemigos de la religión católica. : Gobernador Tomás Garrido Canabal, quien dentro de sus brutalidades había ordenado la demolición de la catedral. Durante el mandato de este gobernante había ordenado la demolición de todas las iglesias, persiguiendo a todos los sacerdotes y todos los fieles católicos los había intimidado con brutales amenazas. Ese fue el panorama que se mantuvo como próxima misión al Padre José del Valle. El Padre del Valle cumplió su primera misión en Tabasco hasta el 2 de junio de 1945, fecha en la que fue elogiado como obispo de la diócesis, cuya consagración como VIII Obispo de Tabasco se dio oficialmente el 29 de julio de 1945. Mientras que ambos en Tlalpujahuilla la cúpula del Santuario, a imagen de la Basílica de San Pedro en Roma que se comenzó a construir el 5 de abril de 1942 y se terminó el 15 de julio de 1946 y como en ese momento el Padre José del Valle era Obispo de Tabasco, fue invitado a bendecirla el 29 de junio de 1946. Hombre de grandes virtudes, con inspiración divina y proyectos para otros inalcanzables, propuso construir en Tabasco, las torres más altas que cualquier catedral pudiera tener en nuestro país. Para esta hazaña, se llevó a Don Gregorio Mendoza, el arquitecto del Santuario de Tlalpujahuilla que había trabajado en el Santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos junto a Don Goyo y Dios quiso cumplir su deseo de tener lo que anhelaba: las torres más altas de su catedral, con una altura de 70 metros, más alta que la Catedral de Puebla y la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, pero lamentablemente la conclusión de su recinto sagrado tuvo que contemplarla desde el cielo, Padre José del Valle en Apaseo el Alto El 6 de enero de 1896 se inició la construcción del Templo del Sagrado Corazón a pedido del Padre Santos María Carbajal, pero la pobreza del pueblo fue mayor que su sueño de tener un templo a la altura. de su pueblo y de su gente. A principios del siglo XX, el padre Aureliano Baeza se encontraba en la Vicaría Fija de San Andrés, quien hizo infructuosos esfuerzos para tener un templo más grande pero no encontró la manera de solucionar la falta de recursos materiales. El domingo 2 de febrero de 1941 llegó a la localidad de Apaseo el Alto un joven sacerdote que recibió del padre Aureliano Baeza la pendiente de finalización y la más accidentada de todas fue la ampliación del Templo de San Andrés. Quizás en un principio el padre Joaquín Soto aceptó la propuesta del padre Baeza de ampliar el Templo de San Andrés construyendo dos naves y olvidarse de la reanudación de las obras del Templo del Sagrado Corazón que se encontraba en ruinas y abandonado en ese momento. Pero el pueblo de Apaseo el Alto estaba a punto de recibir una bendición. El padre Francisco Aguilera, párroco de Tlalpujahua recibió de la señorita María Guadalupe Núñez, una virtuosa dama muy ligada a las necesidades de la iglesia, una petición avalada por el vicario Joaquín Soto Armenta, para que a través de su mediación el padre José del Valle pudiera acudir a la pueblo desde Apaseo el Alto hasta la tradicional Misiones; El padre José del Valle estuvo en Apaseo el Alto del 8 al 16 de julio de 1941, período en el que se estaba construyendo el Santuario de Tlalpujahuilla. La gente recuerda la palabra del Señor del Valle, el Padre Misionero. Elocuente en sus palabras, lleno de mensajes que cualquiera entendía y con una voz viril que resonaba en las paredes, siempre mantuvo a los fieles expectantes. Cuando el Padre Joaquín Soto le explicó al Señor del Valle su intención de ampliar el Templo de San Andrés, el Padre Misionero lo miró con sus hermosos ojos azules y le preguntó con firmeza dónde quedarían los esfuerzos de los vecinos que habían iniciado el nuevo templo. , porque sabía que todos eran muy pobres pero muy trabajadores. El padre Soto argumentó que la pobreza era el principal impedimento y que era prácticamente imposible recaudar fondos para la compra de materiales y el pago de salarios laborales. El padre José del Valle explicó con gran detalle la organización a través de tareas, la forma de traer la piedra, la arena, la extracción de la abundante cal de los alrededores, el agua de los manantiales que fluían por todo el pueblo y que fueron una bendición. Respecto al pago del salario, le dijo que Dios no lo desampararía, que tenía fe y que lo contactaría con maestros para llevar el proyecto arquitectónico y también enseñarles el oficio para trabajar la cantera, pero que debía comenzar. inmediatamente. El 14 de agosto de 1941, en una reunión con los vecinos, decidieron reanudar la construcción del templo, no sin antes nombrar un Comité Pro-Obra, cuya máxima responsabilidad recayó en don Juan Clímaco Tinajero Cervantes y así, antes del final. de la asamblea, lograron reunir la cantidad de $ 29.00 como primer fondo para la obra épica. El 7 de octubre de 1941 fue la fecha memorable para la reanudación de las obras, muchos jóvenes apaseoaltenses se ofrecieron a trabajar y a aprender ellos mismos a trabajar la cantera. El Padre José del Valle conversó con los experimentados canteros que trabajaban en el Santuario de Tlalpujahuilla para que vinieran a apoyar al Padre Soto, quien prontamente respondió al llamado del Padre del Valle. El padre Joaquín Soto fue a La Piedad y consiguió otro puñado de trabajadores de la cantera, que pasó al mando de Don Martín Ayala. Fueron jornadas de trabajo realizadas por hombres que parecían no necesitar descanso; Epifanio Martínez estaba a cargo de los albañiles, y Don Martín de los canteros, mientras que el padre Joaquín mantenía contactos frecuentes con el padre José del Valle para seguir dándole sabios consejos. El Padre José del Valle fue guía y protagonista del Padre Soto, quien trató de emular cada acción del Padre Misionero. Poco a poco fue tomando forma la maravillosa iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y en cada bendición que se entregaba, el Padre Soto invitaba al Padre José del Valle a darle la santa bendición. Así fue el Padre del Valle en Apaseo el Alto el 6 de enero de 1946 con motivo del 50 aniversario de la colocación de la primera piedra del Templo del Sagrado Corazón, la bendición de la cúpula y el Altar Mayor. Padre del Valle, con gran carisma y personalidad, porque quienes lo conocieron decían que se confundía fácilmente entre la gente de los pueblos: vestía como los pobladores, en la época de la Cristiada cabalgaba todos los días su pistola en su cinturón, su sombrero al más puro estilo campestre y con un poder de convicción inigualable. Fue un verdadero soldado de Cristo ... no murió como muchos mártires de su tiempo porque Dios tenía reservadas para él muchas obras materiales y espirituales con la congregación que tuvo la fortuna de conocerlo.