La pena capital es una pena legal por asesinato en Japón y se aplica en casos de homicidio múltiple o homicidio único agravado. Las ejecuciones en Japón se llevan a cabo en la horca, y el país tiene siete cámaras de ejecución, todas ubicadas en las principales ciudades.
Después de una moratoria de cuatro años, las ejecuciones se reanudaron en 1993 y desde entonces han tenido lugar hasta 15 casi todos los años. Trece de los ejecutados en 2018 habían participado en el ataque con sarín en el metro de Tokio de 1995.
Nota: Los reclusos señalados con un * fueron condenados a muerte por asesinato (s) cometidos mientras estaban en libertad condicional por otro asesinato