A menudo se dice que las elecciones, especialmente las que tienen un amplio margen de victoria, otorgan al nuevo gobierno o funcionario electo un mandato implícito para poner en práctica ciertas políticas. [2] Cuando un gobierno busca la reelección, puede introducir nuevas políticas como parte de la campaña y espera la aprobación de los votantes, y dice que busca un "nuevo mandato". Los gobiernos y los funcionarios electos pueden usar el lenguaje de un "mandato" para otorgar legitimidad a las acciones que toman en el cargo. [3]
En algunos idiomas, un "mandato" puede significar un escaño parlamentario ganado en una elección en lugar de la victoria electoral en sí. En caso de que tal mandato esté sujeto a los deseos del electorado, es un mandato imperativo, de lo contrario se llama "libre".