Que la musica nunca acabe


La reseña de Allmusic de Tim Sendra comentó: "El sonido característico de Horn es la canción de antorcha escasa y lánguida, con acordes de piano atmosféricos y su voz suave y conmovedora acariciando las notas mientras las deja entrar lentamente en el oído del oyente... Si es así su canto del cisne, luego salió como entró: como un verdadero clásico". [1] En el momento de la grabación del álbum, Horn había dejado de tocar el piano por razones relacionadas con la salud, y los pianistas George Mesterhazy y Ahmad Jamal fueron elegidos para acompañarla.