Miguel Blay y Fàbregas (en catalán, Miquel Blay i Fàbregas ) (octubre de 1866, Olot - 22 de enero de 1936, Madrid ) fue un escultor español.
Blay nació en la ciudad de Olot, en la provincia de Girona en el seno de una familia humilde. Comienza su formación reglada en la Escuela Municipal de Dibujo y en el taller de El Arte Cristiano donde fue discípulo de Josep Berga i Boix y del pintor Joaquim Vayreda . [1] En el estudio de El Arte Cristiano dibujó y pintó varias piezas cristianas. A finales de 1888 recibe una beca de la Diputación de Girona para estudiar en París. [2]
En París estudió en la Ecole des beaux-arts y en la Académie Julian con el escultor Henri Chapu , a quien Blay atribuye una gran influencia en su escultura. [3] Blay deja París unos meses para estudiar en Roma y vuelve a Olot. En 1889 gana una medalla de oro en la Exposición Universal de París y al año siguiente es nombrado caballero de la Legión de Honor francesa . En 1892, Blay concursa en la Exposición Nacional de Bellas Artes y gana el primer premio por su obra Los Primeros Fríos . La pieza también fue galardonada con una medalla de oro en Barcelona en 1894. [1]
En 1906 Blay se traslada a Madrid, ciudad en la que reside hasta su muerte. En 1908 gana la medalla de honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid por su obra Eclosión , por la que había obtenido un gran diploma de honor en Barcelona el año anterior. En 1909 es seleccionado como miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando . A partir de este año se convierte en profesor de la Escuela Especial de Bellas Artes de Madrid. De 1925 a 1932 se convierte en director de la Academia de Bellas Artes de Roma. [1]
Existen dos versiones de esta pieza, una en mármol y otra en bronce. La versión en mármol se encuentra en el MNAC de Barcelona, y también en el Jardín Botánico de Buenos Aires, mientras que la versión en bronce se encuentra en el Museo Regional de la Garrocha, en Olot. Las dos versiones marcan dos períodos diferentes de su escultura. La versión marmórea es idealista y se centra en el contraste de detalles entre la piel arrugada del anciano y la piel tersa y tersa de la joven. La versión en bronce está más influenciada por las obras de Rodin, y es una síntesis del realismo así como de la emoción evocada por los dos personajes. Su técnica modernista influenció a toda una generación de escultores catalanes. [4]
En 1905, el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner se acercó a Blay para crear un grupo de esculturas para la fachada del Palau de la Música Catalana , una sala de conciertos en Barcelona. El edificio es conocido por su estilo Art Nouveau y está compuesto por una mezcla de mosaicos de vidrio, metalistería, escultura y cerámica. [5] Miguel Blay creó un grupo escultórico titulado “La canción popular catalana” para la fachada del edificio. Las esculturas representan diferentes personajes de distintas clases sociales: niños, campesinos, marineros, etc. En el centro, hay una figura femenina que representa la canción catalana. Sobre ella el patrón de Barcelona, Sant Jordi, está de pie sosteniendo una espada, protegiéndola a ella y a las otras esculturas. Se dice que demuestra que gente de todas las clases sociales puede disfrutar de la música tradicional catalana. [6]