Monumentos en la Basílica de Santa Maria del Popolo
Los monumentos de la Basílica de Santa Maria del Popolo son tumbas y monumentos funerarios que van desde el siglo XV al XIX. Desde su reconstrucción en la década de 1470 por el Papa Sixto IV , la Basílica de Santa María del Popolo fue uno de los lugares de entierro favoritos para los miembros de la aristocracia papal , el clero y los literatos. Los artistas extranjeros también fueron enterrados en la iglesia debido a su ubicación cerca de su barrio favorito en Rione Campo Marzio . El elevado número de tumbas y monumentos hace de la basílica todo un museo de escultura, como lo expresó Jacob Burckhardt en su famosa guía de arte italiano en 1855. [1] Además de las tumbas en las capillas lateralesy el coro hay muchos otros monumentos funerarios en las naves laterales y el crucero. A lo largo de los siglos varios monumentos fueron demolidos y otros fueron reubicados para dar lugar a otros más nuevos.
A la derecha de la entrada, en la contrafachada, se encuentra la tumba mural de Maria Eleonora I Boncompagni , la soberana Princesa de Piombino . La princesa murió en 1745 después de visitar un hospital. Su tumba fue diseñada por Domenico Gregorini en 1749. [2]
El monumento funerario presenta detalles típicamente macabros del barroco tardío. La base incluye un dragón alado, símbolo de la familia Boncompagni . La tablilla del epitafio está hecha de pietre dure . La inscripción está rematada por una alegoría del Tiempo (calavera en corona con alas), el escudo de armas del Principado de Piombino y dos personificaciones (Caridad y Humildad). La tablilla está enmarcada en un marco de mármol blanco con una caracola en la parte inferior y un frontón en la parte superior con una concha, dos antorchas encendidas y otra calavera alada.
La tumba de Giovanni Battista Gisleni , arquitecto y escenógrafo que trabajó para la corte real polaca entre 1630 y 1668, es otro monumento funerario bastante macabro. Está enclavado entre una caseta de madera y una media columna de piedra en el lado derecho de la contrafachada. El memorial fue diseñado e instalado por el propio arquitecto en 1670, dos años antes de su muerte.
La parte superior del monumento es una lápida de piedra con una larga inscripción y el retrato del difunto en un tondo que fue pintado por un artista flamenco, Jacob Ferdinand Voet . Hay un dosel pintado que está sostenido por ángeles en la pared (uno de ellos sostiene un reloj de arena, el símbolo del Tiempo). La parte inferior contiene un esqueleto amortajado, agarrando su pecho, mientras mira a través de una ventana de rejilla de hierro. El marco de piedra de la ventana está decorado con un escudo y dos medallones de bronce. El de la izquierda muestra un árbol con las ramas cortadas pero brotando nuevos brotes y que contiene una oruga girando su capullo, mientras que el de la derecha muestra la metamorfosis de la oruga en polilla. Estos son los símbolos de la muerte y la resurrección. Las inscripciones transmiten el mismo mensaje:In nidulo meo moriar ("En mi nido muero", es decir, en la ciudad de Roma) y Ut phoenix multiplicabo dies ("Como un fénix multiplico mis días"). Hay dos enigmáticas inscripciones en la parte superior e inferior del monumento: Neque hic vivus y Neque illic mortuus ("Ni vivo aquí, ni muerto allá").
En este sepulcro el esqueleto no es la personificación de la Muerte como en otros sepulcros barrocos sino una representación del difunto (la imagen transi ) en su camino hacia la resurrección y por ello “la muerte se convirtió en símbolo de la vida”. [3]
